La separación del pequeño robot «Beagle2», que debe aterrizar en el
planeta Marte el día de Navidad, de la sonda «Mars Express», se
consumó ayer «con éxito», informó un portavoz de la Agencia
Espacial Europea (ESA).
Tras soltar al robot que llevaba acoplado desde que en junio
puso rumbo a Marte, la sonda activó rápidamente sus motores de
propulsión para salir de la peligrosa trayectoria de colisión con
el planeta en la que se había situado para esta delicada
operación.
Si todo marcha como está previsto, esta misión espacial, de
carácter histórico para la ESA pues es la primera de tipo
interestelar con sello europeo, será pionera en la búsqueda de vida
marciana, después de que Estados Unidos lograse situar sobre la
superficie de Marte a Viking-1 en 1976.
La separación de «Beagle2» y «Mars Express» se produjo
exactamente a las 8.31 GMT, precisó el portavoz de la ESA, aunque
la confirmación sólo ha sido posible casi tres horas después.
La sonda y su robot, que deben recuperar el contacto por radio a
mediados de enero próximo, han recorrido juntos durante los últimos
seis meses unos 400.000 kilómetros.
El largo viaje interplanetario comenzó el 2 de junio pasado,
cuando «Mars Express» y su robot de fabricación británica pusieron
rumbo a Marte a bordo de una nave rusa Soyuz desde el cosmódromo de
Baikonur, en la república de Kazajistán, en Asia Central.
Una vez depositada en el espacio, la sonda, que va equipada de
enormes paneles solares, continuó su ruta hacia el «planeta rojo» a
una media de un millón de kilómetros cada tres días, es decir, el
equivalente cotidiano de la distancia entre la Tierra y la
Luna.
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