Crece la preocupación en el Gobierno de Tony Blair ante el avance de la epidemia.

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Un nuevo bacilo resistente a la mayor parte de antibióticos ha infectado a centenares de personas y causado más de ochenta muertes en el Reino Unido, según un informe de la Agencia de Protección de la Salud del Reino Unido.

Los intentos de controlar la incipiente epidemia han fracasado hasta ahora, y el organismo se ha extendido por diversas zonas del país creando una honda preocupación en el Gobierno de Tony Blair. El bacilo, que lleva enzimas conocidas por los expertos como «beta-lactamasas de espectro ampliado», produce infecciones del conducto urinario en los pacientes ancianos o que sufren enfermedades crónicas.

El bacilo, una cepa deescherichia coli, que reside en los intestinos de los humanos, era desconocido hasta el año 2000 y comenzó a extenderse rápidamente en 2003.

El microbio puede causar el envenenamiento de la sangre de las personas más vulnerables y no responde a los antibióticos convencionales.

En la localidad de Southampton, sur de Inglaterra, han resultado infectadas hasta ahora más de un millar de personas, y sólo el año pasado 357 tuvieron que recibir atención hospitalaria y 29 murieron por esa causa.

Los expertos creen que una fuente potencial de infección es la cadena alimentaria y en concreto ciertos alimentos importados. Según el profesor Pat Troop, director ejecutivo de la Agencia de Protección Sanitaria, el abuso de antibióticos es uno de los factores que contribuyen al incremento de la resistencia a esos bacilos.

Además, la Agencia de Protección Británica está investigando la posibilidad de que la variante humana de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, también conocida como 'mal de las vacas locas', pueda transmitirse a través de procedimientos odontológicos.

Los investigadores explicaron que los trabajos han comenzado recientemente y se desarrollarán a lo largo de los próximos años. Hasta el momento, las principales vías de transmisión de esta enfermedad son a través de la ingesta de carne infectada y mediante transfusiones sanguíneas.

«Ésta es una información que estamos comprobando», explica Joanne Dickinson. Cuando concluyan los trabajos, añadió, «el Departamento de Sanidad dirigirá a los dentistas unas recomendaciones dirigidas a prevenir la transmisión de esta enfermedad procedente de pacientes infectados».

Esta experta asegura que, de confirmarse esta posibilidad, los dentistas estarán obligados a llevar a cabo procedimientos de descontaminación de manera rutinaria.