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AGENCIAS-PAKISTÀN
Los niños representan probablemente la mitad de las 74.000 víctimas del seísmo registrado el pasado 8 de octubre en norte de Pakistán y la India, estimó ayer la Unicef, que confirmó los temores de las autoridades paquistaníes acerca de una «generación perdida».

Por otra parte, agencias humanitarias de la ONU alertaron ayer sobre la urgencia de restablecer los servicios de saneamiento y agua potable en las localidades más afectadas por el terremoto de Pakistán para evitar el brote de epidemias.

«Estimamos que la mitad de los muertos eran niños, otros muchos resultaron heridos», afirmó el representante de la Unicef en Pakistán, Omar Abdi. «Estas cifras todavía no estaban confirmadas, pero como la mitad de la población paquistaní tiene menos de 18 años, podemos concluir que la mitad de la gente muerta eran niños», explicó.

El terremoto, de 7'6 grados Richter, se produjo a las 08h45 (03h45 GMT), cuando las clases acababan de empezar en las escuelas, que como muchos otros edificios públicos se desplomaron debido a normas de construcción deficientes.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió de que los casos de diarrea aumentan rápidamente en las zonas afectadas y de que también empiezan a registrarse infecciones respiratorias agudas.

El portavoz de la OMS, Ian Simpson, dijo que la causa principal de esa situación son las pésimas condiciones sanitarias, tanto en las poblaciones damnificadas, como en los campamentos que se han levantado para albergar a quienes quedaron a la intemperie.

La agencia de la ONU ha detectado hasta el momento 300 casos de diarrea severa en los campamentos. Por su parte, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) dijo que las víctimas están hacinadas en los campamentos y que para prevenir brotes epidémicos es imprescindible «crear buenas redes de saneamiento y hacer llegar el agua potable» a esos recintos.