La agente de la Guardia Civil Alba Romero que se reintegró en su
trabajo tras someterse a una operación de cambio de sexo aseguró
ayer que sólo le faltaba recuperar su trabajo para «realizarme como
persona».
El entonces agente solicitó la baja voluntaria para someterse a
un cambio de sexo e inició los trámites en el Registro Civil para
cambiar su nombre por el de Alba.
Cuando posteriormente pidió su reingreso a la Guardia Civil, el
Tribunal Médico Militar le sometió a un examen y le declaro «inútil
para el servicio por falta de testículos», por lo que tramitó el
expediente para su retirada.
Finalmente, el pasado jueves 12 de enero la Dirección General de
la Guardia Civil permitió a Alba reincorporarse a su trabajo y
desde la pasada semana la agente Romero desempeña su labor como
Guardia Civil en las oficinas de la Policía Judicial.
«Tras tres años de lucha y de mucha paciencia he podido
recuperar mi trabajo y empezar una vida normal como una mujer más
con su trabajo y que procura vivir la vida tal como la siente y ese
ha sido mi logro, sentirme realizada como persona y laboralmente»,
añadió Alba.
Aunque apenas lleva tres días trabajando de nuevo en la Guardia
Civil, Romero aseguró que su vuelta «es un proceso que requiere
algo de tiempo para mi y para los de mi alrededor».
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