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El Congreso dio ayer luz verde al proyecto de Ley de Reproducción Humana asistida, que elimina el número máximo de ovocitos para implantar en cada ciclo reproductivo, permite la selección de embriones para curar a un hermano enfermo y prohíbe expresamente la clonación reproductiva y las madres de alquiler.

La ministra de Sanidad, Elena Salgado, destacó que uno de los principales objetivos de la norma es facilitar al máximo que las parejas con problemas de fertilidad puedan tener hijos y aplicar nuevas técnicas a la prevención y tratamiento de enfermedades.

El aspecto más controvertido del proyecto de ley es la posibilidad de hacer un diagnóstico preimplantacional que permita seleccionar un embrión para curar a un hermano enfermo. Durante la exposición de la norma, Salgado recordó que esta autorización da respuesta a una demanda social que no afecta a muchas familias -han recibido en el Ministerio noticia de unas 150-, pero que «aunque hubiera sólo una, ya sería motivo suficiente para realizar la reforma»

La ministra recordó no obstante que se recurriría a esta opción en casos excepcionales y siempre con el visto bueno de la Comisión Nacional de Reproducción Asistida.

Salgado, que criticó la Ley del PP por ser «retrógada y responder a criterios pseudo religiosos más que científicos», recordó que su departamento ha trabajado durante meses en estrecha colaboración con la Comisión Nacional de Reproducción Asistida, cuyos expertos asesoraron «con riguroso respeto y bajo principios éticos para conseguir una ley perdurable». La ministra criticó que haya personas que califican de «inmoral» tener un hijo con el propósito de, además de quererlo, de salvar la vida de terceros, cuando ese niño nace con el don de salvar a otros.

Por otro lado, la ley elimina el máximo de tres ovocitos que se la ley permitía implantar por cada ciclo. Salgado explicó que esta medida es una demanda social que ha ido aumentando y que es una ley moderna y de calidad frente a la «modificación insuficiente y confusa» que hizo el PP, limitando a tres los ovocitos que a fecundar por ciclo, «contra la opinión de los expertos».

La Iglesia, a través de su portavoz, Juan Antonio Martínez Camino, manifestó ayer su rechazo a la norma porque «consagra unas prácticas que contradicen la dignidad de quienes la practican, es muy preocupante» permitir la eugenesia, la clonación de seres humanos y el trato de embriones como material de comercio».