Durante el último año agrícola no se ha cerrado ninguna explotación agraria en Menorca. Así lo anunció ayer la consellera de Economia del Consell de Menorca,Tuni Allès.
De este modo se mantienen en activo las 300 fincas agroganaderas que ya se encontraban en funcionamiento el año pasado, aunque «siete u ocho payeses hayan cambiado de predio». Todo ello a pesar de que «no ha sido un buen año, en cuanto a lluvias».
Allès destacó que este año agrícola ha sido el único de los últimos veinte que no se ha cerrado ninguna explotación agraria en Menorca. Al respecto cabe destacar que durante estas últimas dos décadas se ha pasado de 600 fincas agroganaderas en funcionamiento a 300.
El director insular de Agricultura, Sam Gomila afirmó que durante estas dos décadas el campo menorquín ha vivido un «ciclo de reestructuración, en el que [los payeses] han buscado las condiciones óptimas para ser rentables, optando muchos de ellos por reagrupar diversas fincas».
El hecho que, tras veinte años de continuos abandonos de fincas agrarias en Menorca, durante el presente año agrícola no se haya cerrado ninguna finca, el Consell lo atribuye a un cierto fin de dicho ciclo de reestructuración, lo que hace que el sector agrícola menorquín a día de hoy se haya «estabilizado».
Una estabilidad en el campo menorquín, que el Consell ve reflejada y garantizada, por un lado con el incremento de matriculaciones en el primer ciclo de formación que se imparte en Sa Granja, y por el otro por el aumento de la asignación de cuota láctea para Menorca.
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