La soledad entre los ancianos es, algunas veces, una opción libre para vivir y, lógicamente, morir . Foto: EFE

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CARMEN PLANELLS/EFE

El 21 por ciento de los ancianos que murieron en soledad en sus domicilios en Madrid vivían en situación de aislamiento, es decir, ni ellos ni nadie de su entorno se había puesto en contacto nunca con los servicios sociales.

La tasa de mayores de 65 años que mueren solos en sus domicilios en la capital se mantiene constante en los últimos años, un 0,14% en 2006, según datos facilitados a EFE por el Ayuntamiento de Madrid.

El pasado año murieron 77 ancianos en soledad, 13 de ellos en situación de aislamiento. De enero a septiembre de 2007, 56 han fallecido solos en sus domicilios, 12 (21%) estaban aislados socialmente.

«Hay un determinado grupo de mayores que quieren vivir solos a toda costa y que rechazan los recursos sociales», explica a EFE la vicepresidenta de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, Begoña Gutiérrez.

Independientes

El perfil es muy femenino -ocho de cada 10 personas mayores que viven solas son mujeres- con una pensión de viudedad escasa y pocos recursos. «El deseo de independencia -afirma- es mucho mayor en mujeres que en hombres y además ellas tienen una supervivencia mayor. El hombre que se queda sólo tiene deseos de convivir, la mayoría de las mujeres no».

Según la Encuesta de Condiciones de Vida del INE de 2006, en 2005 en España vivían 7 millones de personas mayores de 65 años, de las cuales 1,2 millones (un 18,3%) vivían solas. Un 44,3% (436.100) tenían más de 80 años.

Según el avance del padrón de 2007, en la actualidad hay 7.529.879 mayores de 65 años, un 16,6 por ciento de la población. Pilar Serrano, jefe de departamento de la dirección general de Mayores del Ayuntamiento de Madrid, explica «que el fallecimiento de una persona mayor en su domicilio mientras se encuentra sola, generalmente es interpretada como una muerte en soledad o abandono, sobre todo si median los servicios de emergencia en el hallazgo».