La Secretaría General de la Conferencia Episcopal (CEE), de la que es titular el obispo auxiliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino, denunció ayer la «práctica eugenésica» utilizada en el nacimiento del bebé de Andalucía, libre de enfermedad hereditaria y que ayudará a curar a su hermano.
En una nota facilitada al mediodía de ayer, la CEE recuerda que los embriones no seleccionados mediante el diagnóstico genético preimplantacional «son destruidos o congelados».
La CEE dice que se pone el énfasis en la feliz noticia del nacimiento de un niño y en la posibilidad de la curación de la enfermedad de su hermano, pero se ha silenciado «el hecho dramático de la eliminación de los embriones enfermos y eventualmente de aquéllos que, estando sanos, no eran compatibles genéticamente».
Para la Conferencia Episcopal, «el nacimiento de una persona humana ha venido acompañada de la destrucción de otras, sus propios hermanos, a los que se les ha privado del derecho fundamental a la vida».
'Hermanos'
Y añade que «los hermanos a los que se les ha privado del derecho a nacer han sido desechados por no ser útiles desde la perspectiva técnica, violando así su dignidad y el respeto absoluto que toda persona merece en sí misma, al margen de cualquier consideración utilitarista».
En relación con «el hermano que finalmente ha nacido -dice la nota- ha sido escogido por ser el más útil para una posible curación» y «se ha conculcado de esta manera su derecho a ser amado como un fin en sí mismo y a no ser tratado como medio instrumental de utilidad técnica», añade la institución.
La Secretaría General de la CEE alude también al documento de la Asamblea Plenaria del 30 de marzo de 2006, titulada «Algunas orientaciones sobre la ilicitud de la reproducción humana artificial y sobre las prácticas injustas autorizadas por la ley que la regularán en España».
Destaca, a este respecto, «la injusticia que se comete con los seres humanos producidos en el laboratorio, al ser tratados como un mero producto conseguido por el dominio instrumental de los técnicos». «La dignidad del ser humano -agrega- exige que los niños no sean producidos, sino procreados...».
En relación con el caso del bebé de Andalucía, la nota recuerda que en el documento del Plenario citado se afirma que «...los planteamientos emotivos encaminados a justificar estas prácticas horrendas son inaceptables. Es cierto: hay que curar a los enfermos, pero sin eliminar nunca para ello a nadie».
La nota difundida precisa que «el hecho feliz del nacimiento de un bebé sano no puede justificar la instrumentalización a la que ha sido sometido y no basta para presentar como progreso la práctica eugenésica que ha supuesto la destrucción de sus hermanos generados in vitro».
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