Los doctores Juan Carlos López (i), Mariano Esteban (c) y Felipe García, ayer en el Hospital Clínic de Barcelona. Foto: EFE

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Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y los hospitales Clínic de Barcelona y Gregorio Marañón de Madrid iniciarán en breve el primer ensayo clínico que se realiza en España de una vacuna contra el VIH, el virus responsable de la pandemia del sida.

Sin embargo, los expertos no quieren alentar falsas esperanzas con este proyecto y recuerdan que está en la fase I. En esta primera etapa sólo tratan de comprobar que el tratamiento genera una respuesta inmunológica en voluntarios sanos que impida la infección.

La primera fase del ensayo comprende la participación de treinta voluntarios sanos y con bajo riesgo de ser infectados y su objetivo es evaluar la seguridad que muestra la vacuna y su capacidad de inducir respuestas inmunes, según explicó ayer en Barcelona Felipe García, miembro del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Clínic.

La vacuna experimental MVA-B, patentada por el CSIC y desarrollada por el equipo dirigido por Mariano Esteban, está basada en el subtipo B del VIH, el más frecuente en Europa y Estados Unidos, y utiliza cuatro antígenos -sustancias que desencadenan la formación de anticuerpos en el organismo- modificados de esta variedad del virus para fomentar la activación de una respuesta inmunológica en el organismo.

Para introducir estos antígenos en el organismo, MVA-B se sirve de un vehículo transportador -el poxvirus MVA-, incapaz de multiplicarse en la células humanas, pero sí de producir los antígenos del VIH. Esteban explicó que es una versión modificada del virus vacunal empleado como vacuna en la erradicación de la viruela.

El investigador del CSIC explicó que el desarrollo de esta vacuna experimental se inició en 2000 y que, después de ser testada en modelos animales y demostrar su seguridad y capacidad de inducir respuestas inmunes que protegen frente al virus de inmunodeficiencia del simio -similar al VIH-, iniciará su ensayo clínico en humanos no infectados, un proceso que consta de tres fases con una duración aproximada de diez años.

Si la vacuna demostrara que es es capaz de generar defensas, en futuros ensayos se podría comprobar si son eficaces en la lucha del organismo frente al VIH. El especialista del Clínic aseguró que los resultados de esta fase I pueden ser «muy buenos» y pasar a la fase II del ensayo, como también lo sería «aprender y volver al laboratorio para desarrollar otras vacunas más eficaces».