Religiosos y fieles asisten a la misa celebrada por el cardenal-arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela. g Foto:JUANJO MARTÍN/EFE

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Las críticas al aborto, calificado por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, como una de las «lacras más terribles» de la sociedad actual, fue uno de los mensajes centrales de la misa por la Familia celebrada ayer en la madrileña plaza de Colón, aplaudidas por los asistentes al acto.

A esta celebración, organizada por el Arzobispado de Madrid y movimientos eclesiales, asistieron decenas de miles de fieles que no pudieron escuchar en directo el mensaje del Papa Benedicto XVI desde el Vaticano en las pantallas habilitadas para ello porque la Televisión Vaticana «pisó» su voz con la de sus comentaristas.

El mensaje que dirigió el Papa en el tradicional rezo del Angelus en castellano fue leído posteriormente por Rouco al iniciar su homilía a los fieles congregados en Madrid y, al final de la misa, fue transmitido en diferido.

Benedicto XVI pidió a las familias que no dejen que «el amor, la apertura a la vida y los lazos incomparables» que unen su hogar se «desvirtúen».
Los organizadores cifraron en un millón de personas los asistentes, como habían indicado en sus previsiones, a esta ceremonia religiosa, concelebrada por 5 arzobispos, 22 obispos y más de 300 sacerdotes bajo el lema «La familia, gracia de Dios».

Desde primeras horas de la mañana de ayer la zona había sido cortada al tráfico para facilitar la llegada de los fieles, la mayoría familias con niños que desafiaron las bajas temperaturas, a la madrileña plaza de Colón, en la que cerca de 3.000 voluntarios colaboraron en el desarrollo de la celebración litúrgica.

La imposibilidad de escuchar el mensaje en castellano de Benedicto XVI durante la conexión en directo fue combatida por los congregados con vivas al Papa.

«Queridas familias, no dejéis que el amor, la apertura a la vida y los lazos incomparables que unen vuestro hogar se desvirtúen. Pedídselo constantemente al Señor, orad juntos, para que vuestros propósitos sean iluminados por la fe y ensalzados por la gracia divina en el camino hacia la santidad», señaló el Pontífice dirigiéndose a los asistentes a la Misa en Madrid.