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El impacto de la crisis financiera y económica internacional en la energía supondrá una reducción de hasta un 3% de las emisiones de gases causantes del efecto invernadero este año, según anunció ayer la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en Bangkok.

La AIE precisó que se trata del recorte «más pronunciado en los últimos 40 años» y conseguirá que el volumen de emisiones en 2020 sea un 5% más bajo de lo que la agencia multilateral calculó hace doce meses.

«Esto nos ofrece una oportunidad para conseguir un progreso real en pos de un futuro de energía limpia, si se aplican las políticas adecuadas», dijo el director ejecutivo de la AIE, Nobuo Tanaka, en el marco de la conferencia de la ONU sobre el cambio climático que se celebra en la capital tailandesa.

«Ahora les toca a los gobiernos hacer menos atractiva la inversión en las energías fósiles como el petróleo, el gas y el carbón», añadió Tanaka.

La AIE propone reducir la cantidad de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera hasta las 450 millones de partes por millón (ppm) para 2030, porque con ese volumen se evitará un aumento de dos grados centígrados de las temperaturas y sus consecuencias catastróficas.

«Para llegar a lo que llamamos el 'Escenario 450', el mundo debe recortar las emisiones en 3,8 gigatoneladas, de las que 1,6 corresponden a los países de la OCDE», precisó Tanaka.

El gigante chino es responsable de una gigatonelada, más que cualquier otra nación, y eso implica, según Tanaka, que China asuma un papel principal en la lucha contra el cambio climático.

La AIE indica que para impulsar la transformación a energías limpias hará falta una inversión extra de unos 7.000 millones de euros en transporte, construcción, plantas energéticas sostenibles, industria y biocombustibles.

El organismo aconseja además la construcción de 18 centrales nucleares anuales hasta 2030, con una inversión de 432.000 millones de euros.

«Sabemos que es un plan muy ambicioso, ya que para cada central nuclear se necesitan al menos siete años, pero esta propuesta va dirigida a países que actualmente cuentan con planes nucleares de envergadura, como China o Rusia», dijo Tanaka.