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La concesión del Premio Nobel de la Paz al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha provocado reacciones de sorpresa y esperanza, aunque también ha sido objeto de críticas.

En América Latina, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que «el Premio Nobel es una conquista de un presidente que anunció medidas importantes para contener el armamento nuclear».

El Alto Representante de la UE para Política Exterior y de Seguridad Común, Javier Solana, consideró que el Nobel de la Paz es un tributo al «extraordinario liderazgo» de Obama.

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, destacó el «fuerte compromiso para ayudar a forjar la paz y defender los derechos humanos, también a través de la Alianza Atlántica» del presidente estadounidense.

Afganistán y Medio Oriente
Los talibanes afganos no opinan lo mismo y el principal portavoz de los insurgentes en el país, Zabihullah Mujahid, declaró que «no hay diferencias entre la política de Obama y la del anterior presidente (George W.) Bush. Obama sigue continuamente la política de Bush».

Tampoco Hamás, que controla la Franja de Gaza desde junio de 2007 y considera que el premio es prematuro: «Tiene un largo camino por delante», considero un responsable del movimiento.

El presidente palestino, Mahmud Abás, felicitó a Obama y expresó su esperanza en que este galardón «genere más posibilidades para alcanzar la paz en la región», deseos que también expresó el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.

El último líder soviético Mijaíl Gorbachov afirmó hoy que la concesión del Premio Nobel de la Paz a Obama «es un reconocimiento del importante papel que desempeña en el mundo Estados Unidos y de las esperanzas que la gente vincula con el presidente norteamericano», con su nueva política.

El primer ministro nipón, Yukio Hatoyama, destacó que «no es fácil que el presidente de EEUU, con uno los mayores arsenales de armas nucleares, pida la creación de un mundo sin armas atómicas».