Fotografía del perfil de Facebook de Luke Brett Moore. | Facebook Luke Brett Moore

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De desempleado a millonario y a gastarse una fortuna en strippers, mujeres, alcohol, cocaína y «todo lo demás». De la vorágine económica a la detención, seis meses de prisión, libertad bajo fianza, la absolución y el interés de Hollywood en contar los sucedido. Es la historia de Luke Brett Moore, un australiano que en 2010, con 22 años, descubrió que tenía acceso a una cuenta de crédito «extraordinariamente grande».

El joven cuenta su experiencia para la BBC, donde explica que acababa de perder su empleo cuando descubrió que su banco, erróneamente, le había autorizado un crédito aparentemente ilimitado. «En 2010 yo tenía una cuenta corriente normal de la que salían los pagos de la casa, el seguro y las cuentas», narra el protagonista de esta historia. «Me acababa de recuperar de un grave accidente de coche, no tenía trabajo por primera vez desde los 14 años y había roto con mi novia del colegio», y de repente se encontró con que el St George Bank le concedía créditos ilimitados. «Quería empezar de nuevo en otro sitio, así que me mudé. Volé a Surfer's Paradise [una zona turística] para unas vacaciones, me gustó y terminé quedándome».

Allí hizo lo que «la mayoría de jóvenes de esa edad y con dinero, iba de fiesta». «Fui a clubes de striptease y gasté cientos de miles [de dólares australianos] en mujeres, alcohol, cocaína y todo lo demás».

Sin embargo, esa vida iba a terminar. En 2012, sentado junto a su madre y después de recibir cerca de 1,5 millones de euros, la policía irrumpió en su casa para detenerlo. Tiempo después fue condenado por beneficiarse económicamente de manera fraudulenta y de comerciar con los beneficios. «Me sentenciaron a una pena máxima de cuatro años y medio de prisión».

«La cárcel fue horrible. Estás alejado de tu familia, encerrado en una celda durante 17 horas al día», relata Luke Brett Moore, quien reconoce que los abogados de oficio «no hicieron muy bien su trabajo». Por ello, en su tiempo en prisión, se dedicó a «leer cuantos libros de leyes pudiera» con el objetivo de asumir su propia defensa. Este mes de diciembre «fui absuelto» de los cargos de los que se le acusaba.

Ahora, reconoce que «si tuviera la oportunidad, no lo volvería a hacer. Mi vida entera casi queda en ruinas. No valió la pena pasar un par de buenos meses con strippers y cocaína». Sin embargo, «ahora he podido convertir mi experiencia en algo positivo: Estudio derecho en la universidad y seré abogado criminalista en dos años».

La historia de Luke Brett Moore ha recorrido el mundo a través de las redes sociales, tanto es así que este viernes reconocía en Facebook que «cuando empezó toda esta épica aventura no imaginé que terminaría con la llamada de un agente de Hollywood, hablando de convertir mi historia en una película y en un libro». Quién sabe si esta «locura» se convertirá en un éxito de taquilla.