Monas de gran calidad dedicadas a los peques elaboradas en el Forn Fondo por Neus Llull. | Amalia Estabén
Jóvenes valores de la pastelería mallorquina se esmeran estos días en la elaboración de las monas de Pascua de chocolate, en la que descubren todo un mundo de ilusión a los más pequeños y dan una grata alegría a los mayores, al poder ser motivo de ofrecérselas como obsequio. La mona de Pascua, en sus orígenes, señala que la Cuaresma toca a su fin. Su tradición principal proviene de Catalunya y la Comunidad Valenciana, pero su popularidad se ha extendido a numerosas zonas de la geografía española. A las típicas monas de bizcocho catalanas, cubiertas de mantequilla o chocolate, se las suele adornar con un huevo u algún motivo de chocolate. En Valencia adquieren forma de bollo y se les llama panquemado. Pero poco a poco se ha ido llamando mona a la de chocolate.
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