Una treintena de representantes de la sociedad mallorquina disfrutaron este jueves en la Escola d’Hoteleria de una comida organizada por la ONCE. | Pere Bota

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Una treintena de representantes de la sociedad mallorquina disfrutaron este jueves en la Escola d'Hoteleria de una comida organizada por la ONCE, que este año cumple su 80 aniversario, en la que los comensales degustaron un menú con un antifaz.

El ágape estuvo compuesto por una croqueta de bacalao y una espuma de coliflor con migas de sobrasada, como aperitivo, un primero consistente en crema de calabaza y galanga y, como plato principal, un salteado en wok de verduras y carne con salsa de ostras y ras el-hanout. Un flan de lima y un helado de vainilla completaron la propuesta gastronómica.

Al finalizar el evento, la vicepresidenta del Govern, Bel Busquets, calificó la experiencia de «muy agradable, aunque tenía una cierta angustia de no poder disfrutar de la comida al no verla». La cocinera Margalida Alemany comentó: «He saboreado más la comida». Su colega Andreu Genestra, completaba: «El oído y el olfato se han activado como una alarma». El consejero delegado del Mallorca, Maheta Molango, confesó «no saber muy bien lo que he comido porque doy mucha importancia en mi vida a lo visual», mientras que el presidente de la Cambra de Comerç, José Luis Ferrer, destacó que «el haber navegado en muchas ocasiones con mi amigo Sinto Bestard, que era ciego, me ha ayudado a la hora de coger los cubiertos y las copas».