Inés es una embarcación de lujo de 114 metros de eslora.

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Es una embarcación de lujo de 114 metros de eslora que destaca por un diseño de vanguardia de corte clásico. Se llama Inés, un megayate que lleva el nombre de su madre, en el que ha invertido cinco meses de trabajo (12 horas diarias). Álvaro Aparicio de León es el único diseñador mallorquín de súper yates. Hace año y medio decidió ?proyectar sus conceptos? por su cuenta y dejó su trabajo en la empresa Barcelona Yatch Desing, dedicada a la ingeniería y al diseño naval. Avalado por su trayectoria ?fue finalista en 2012 al Mejor Diseñador Revelación del Mundo? se ha abierto camino en el desarrollo de conceptos de súperyates.

Inés busca comprador, un millonario que pague unos 200 millones de euros por su construcción. «Siempre me han gustado los superyates, de gran eslora, cuando superan los 50 metros. Inés es una mezcla de todas las grandes ideas recopiladas en los últimos años y un gran paso para mí, porque decidí hacer una eslora descomunal y no es habitual. Era un reto personal, mostrar al mundo mi interpretación», afirma.

Álvaro abandona el futurismo total que incorporan los nuevos proyectos en los megayates y apuesta por una visión de la náutica centrada en los atemporal. «No quiero ser como los demás. Hay muchos conceptos futuristas, pero mantenerla con la clásico es único. Es como yo, discreto. Me gusta la discreción».

Unas 300 personas en todo el planeta pueden acceder a una embarcación de este tipo. Su proyecto lo ha presentado ya en astilleros alemanes y holandeses, sin resultado por el momento, aunque Inés no ha pasado desapercibido. «Tiene 114 metros de eslora, poca manga con respecto a su eslora; plataformas laterales abatibles (convierte una estancia exterior en interior), cuenta con una limusina principal que entra navegando en el barco por un pantalán flotante, dos helipuertos, dos ojos de buey en cada lateral semisumergidos (se ve por encima del agua y por debajo) y tiene poca manga (15 metros, de tres a cinco metros menos de lo que cabría esperar de un yate de estas características). Tendría una capacidad para albergar hasta 20 invitados en ocho lujosas suits y una tripulación de 42 personas. Busco crear experiencias, que el hecho de estar a bordo transmita algo a través de los cristales. He reducido el número de estancias y he optado por más espacios exteriores en las cubiertas. Existe un replanteamiento de los habitáculos».

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