La chef Vidal comienza a elaborar los platos a primera hora de la mañana. | Teresa Ayuga

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Emprender un negocio es, sin duda, una gran aventura. Los inicios, en cambio, nunca son fáciles y si a eso se le añade la inexperiencia, es muy fácil que las cosas salgan mal.
Para facilitar este paso, un grupo de amigas creó hace tres años la asociación Acció Solidària, que gracias a las aportaciones que los socios ofrece cada mes microcréditos a emprendedores para ayudarles con sus negocios. Actualmente hay más de 20 socios que colaboran activamente y decenas de simpatizantes.

El colectivo se inició en 2015 y su primer proyecto ya ha cosechado éxito: Cocina con Amor, un negocio regentado por una pareja de cocineros que elabora menús equilibrados a demanda y los lleva hasta la puerta de los clientes. En los inicios del negocio trabajaban desde casa, pero el aumento de pedidos les llevó a tener que alquilar un local en Son Rapinya. Con ello, pueden dar cobertura a la demanda y profesionalizar su negocio.

Yaneth Fonseca es la presidenta de la asociación Acció Solidària y asegura que, desde sus inicios, no han tenido ayuda de ningún organismo público, aunque matiza que sería «espectacular que desde las instituciones nos dieran alguna subvención». Fonseca explica que «la idea de la asociación es fomentar el autoempleo de personas mayores de 45 años y recuperar la dignidad».

Expertos en Derecho, en Economía y en gestión de recursos ayudan a las personas que emprenden para que no haya errores que deriven en el cierre del negocio. Yennifer Vidal y Vladimir Pino son los dos chefs que llevan Cocina con Amor. Vidal explica que «el que haya personas a tu lado ayudándote a salir adelante es muy importante».

Actualmente, sirven unos cien menús al día, cifra que en verano se puede duplicar por los barcos del puerto. La chef lo tiene claro: «Cocina con Amor es lo que es gracias a los mallorquines, que han confiado en nosotros desde el primer momento y siguen haciéndolo.»