Ocho carrozas, 16 comparsas y seis individuales tomaron parte en el desfile que se vio mucho más animado que en anteriores años, acompañado por un tiempo espléndido y coincidiendo con el inicio de la temporada turística.
Organizado por los ayuntamientos de Palma y Llucmajor en presencia de sus respectivos alcaldes Antoni Noguera y Gregori Estarellas, con la colaboración de la Asociación de Hoteleros y la Asociació de Veinats de la Platja de Palma recuperó el brillo de otros tiempos.
La imaginación en los disfraces , algunos alusivos a efemérides como el primer viaje a la luna o con un tono de protesta como la presencia de plásticos pegados a unos calamares gigantes fue la nota que despertó la atención de un numeroso público, en buena parte compuesto de turistas y residentes extranjeros.
La comunidad alemana nuevamente hizo acto de presencia en esta edición con unos vistosos y elegantes atuendos inspirados en el siglo XVIII junto a otros tan variados como las arañas, -ganador de dos primeros premios-, tanto en los terroríficos dimonis, unos globos terráqueos alusivos a la globalización o los personajes del cómic como batman, del mundo como un circo , o del más clásico western.
Otros participantes que no faltaron a la cita con el carnaval más playero fueron los grupos latinoamericanos, en este caso de Bolivia y Puerto Rico, que con sus animados bailes aportaron una nota de ritmo trepidante.
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Decir que la mayoría de público que había eran turistas y residentes extranjeros no sé qué Rúa vio la persona que ha escrito el artículo, la mayoría éramos residentes de la zona y guiris había cuatro.