Este hallazgo, que publica, 'The Astrophysical Journal', aumenta el número de agujeros negros conocidos hasta el momento, y revela por primera vez hasta qué punto eran comunes los agujeros negros en los inicios de la historia del cosmos.
El estudio también detalla los efectos de los agujeros negros en el estado físico del gas en el Universo durante los primeros mil millones de años.
Los agujeros negros supermasivos se encuentran en el centro de las galaxias, y aunque predominan en el Universo actual, no se sabe con certeza cuándo se formaron ni cuántos hay.
De entre ellos, los agujeros distantes se identifican como cuásares, que brillan cuando acumulan gas.
Los estudios previos solo han examinado los cuásares más luminosos --de número escaso--, y por tanto, los agujeros negros más masivos.
EXPLICAR LOS ORÍGENES
El nuevo descubrimiento muestra una población de agujeros negros con masas típicas de los agujeros negros comunes que se aprecian en el universo actual, y ayuda a explicar sus orígenes.
Para escoger los cuásares candidatos a estudio, un equipo de investigación liderado por Yoshiki Matsuoka, de la Universidad de Ehime (Japón), usó datos obtenidos con un instrumento innovador, la cámara Hyper Suprime-Cam (HSC).
Montada en el telescopio Subaru del Observatorio Astronómico Nacional de Japón, en la cima del Mauna Kea (Hawai), la HSC es especialmente potente porque tiene un campo de visión de 1,77 grados cuadrados --siete veces el área de la luna llena--.
ANÁLISIS DEL CIELO
El equipo de la HSC está desarrollando un análisis del cielo con los datos de trescientas noches obtenidos por el telescopio a lo largo de cinco años, y a partir de dichos datos se seleccionaron los cuásares cuyo análisis desembocó en el descubrimiento de los agujeros negros supermasivos.
Además, los astrónomos han trabajado en una campaña de observación para obtener variantes de estos candidatos utilizando el telescopio Subaru, el Gran Telescopio Canarias (GTC), y el telescopio Gemini.
Kazushi Iwasawa, experto del Instituto de Ciencias del Cosmos de la UB, ha sido el investigador principal de las observaciones que se han llevado a cabo con el GTC en esta segunda fase, en la que se descubrieron cerca de un tercio de nuevos cuásares.
En el área estudiada, la investigación ha mostrado 83 cuásares que no se conocían antes y diecisiete ya conocidos; los investigadores encontraron que, en cada cubo de miles de millones de años luz de lado hay, aproximadamente, un agujero negro supermasivo.
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