Su primera parada fuera de la Península tenía que ser Argelia, pero les denegaron el visado para entrar. Así que siguieron hasta Marruecos (donde visitaron Fez, Rabat o Casablanca). Al no poder llegar hasta Túnez por tierra, regresaron a España y desde Barcelona embarcaron rumbo a Civitavecchia, no muy lejos de Roma. Recorrieron Italia y llegaron hace unos días a Turquía. Le seguirán Armenia, Azerbayán, Irán (donde tienen previsto vivir tres meses)... hasta llegar a Mongolia, cuna de la religión bompó.
Llevan viajando más de tres meses en su camioneta, han recorrido ya más de 9.000 kilómetros y visitado nueve países. «Nuestro viaje comenzó en el Reino de Marruecos, visitando los lugares más emblemáticos, como Rabat, Casablanca, Ifrane, Merzouga, Oudzud, Risana, Ouarzazate. Buscamos aquellos lugares más interesantes, pero en especial el desierto, donde teníamos a grandes amigos y quería que conocieran cómo se vive en una zona tan árida. Nos denegaron el visado para poder entrar a Argelia, por lo que tuvimos que modificar la ruta y desarrollar nuevamente cómo íbamos a enfrentarnos en la entrada al mundo islámico, así que tuvimos que improvisar. Gracias a que en Casablanca se encuentra la segunda mayor mezquita del mundo musulmán, salvamos la situación. Además, visitamos uno de los mayores centro de estudios coránicos en la ciudad de Fez. Se pueden ver las primeras crónicas en Facebook ‘sigue la vuelta' o en Instagram, en ‘siguelavueltatravel'», señala.
Después, y tras hacer un breve paso por España, entraron en Oriente cruzando gran parte de la Toscana Italiana, subiendo los puertos de montaña de los Apeninos. «Hemos visitado ciudades llenas de arte e historia, como Florencia, Venecia, Trieste. Y hemos cruzado parte de los Balcanes. Países como Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Serbia y Bulgaria nos han precedido antes de llegar a la puerta de Oriente. Hemos cruzado por el puente del Bósforo, que une Occidente con Oriente, para llegar a Turquía, nuestro destino de trabajo donde comienza la Ruta de la Seda y nuestro proyecto familiar. Ahora, después de realizar nuestro primer reportaje en la ciudad de Bursa, nos encontramos en la Provincia de Çanakkale para visitar una ciudad legendaria, lugar escogido para la primera obra literaria que Ulises ha estudiado en este viaje: La Iliada, de Homero. Por ello, hemos visitado sus ruinas cargadas de historia en Troya». Los niños son unas auténticas esponjas. «Están aprendiendo mucho de historia, arte y, sobre todo, idiomas. Hermes ya saluda en varios idiomas y conoce muchas palabras sueltas. Ulises se ha adaptado muy bien con la gente que nos vamos encontrando y nos acogen. Está haciendo amistades y le encanta la fotografía, que esta ahora descubriendo».
Su comida es sencilla. Desayunan café, leche, huevos, pan, miel, yogur y, cuando encuentran, frutos secos. Comen verduras, pollo, legumbres. Todo lo compran en pequeños mercados y en tiendas que van encontrando por el camino. «De vez en cuando, nos permitimos comer en puestos callejeros y restaurantes típicos para saborear la delicias gastronómicas de los países que visitamos. Tenemos por costumbre, cuando nos invitan, hacer alguna comida típica de Mallorca o Española, como la tortilla de patata, arroz con leche y cosas sencillas, y les pedimos que nos enseñen a cocinar algún plato típico. Creemos que así compartimos aún más la experiencia de viajar y conocer a la gente».
Contratiempos
De momento, no han tenido ningún contratiempo serio. Al comienzo del viaje, la furgoneta sufrió una avería que, gracias a la experiencia de los mecánicos del desierto, se solventó enseguida. Se averió un tubo que alimenta de gasoil a los inyectores. Le puso un poco de vaselina en la junta y una brida, y hasta ahora. «Estoy sorprendido por lo bien que nos acogen en las entradas de los países. Nunca había sido tan fácil entrar por una frontera. Las sonrisas de Ulises y Hermes ablandan a los policías de frontera, que terminan saludando y haciéndose fotos con ellos». A partir de ahora es cuando empieza de verdad su viaje. Comienza la Rutas de la Seda. «Llegan los países que une esta ruta y algunos de ellos ya nos son tan fáciles de recorrer, países como Armenia, Azerbaiyán, Uzbekistán, Kazakstán, Irá, y Mongolia. Ahí la cultura es totalmente diferente a la nuestra, eso sin contar lo complicado de la lengua».
Hasta la fecha han aprendido, entre otras cosas, a tener paciencia y tolerancia, «ya que, en ocasiones, las situaciones y el intento de abusar económicamente por el hecho de ser extranjeros en algunos países es terrible. Quieren cobrarte más del doble y en eso hemos tenido que ser tajantes y plantar cara, ya que nuestro presupuesto es limitado (900 euros al mes». El viaje continúa.
7 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Que irresponsabilidad!! por esos países, con el peligro que hay!! los hijos sin ir a la escuela...(y luego se quejan cuando ocurre algo)...espero tengan suerte y les vaya bien por que la necesitaran!!
Y esta irresponsabilidad por parte de los padres (la falta de escolarización), se pasa por alto, asi por las buenas ?. Y se publica como aventura positiva y edificante ?. Que me lo expliquen porque no acabo de entenderlo.
Els noms dels fills ja estan ambientats. Un poc frikis. Però pensava que els fills havien d'estar escolaritzats, i a aquestes edats, és exposar els nins a perills innecessaris. Després passa el que passa i diuen..oh...pobrets.
Quina gran experiència! Quina enveja! Enhorabona!
Si los adultos quieren ir de aventura por los paises más conflictivos del planeta, pues bien, pero dos niños de 12 y 7 años creo que estarían mejir en el colegio.
Este señor, ¿De quién de UH es amigo? Es una noticia sin ningún tipo de relevancia, ni interés, ni ningún tipo de mérito como para publicarla. ¿Qué nos importan a los lectores las vacaciones de esta familia?
A mi me gustaria pero los hijos tienen que ir al colegio