Doherty, de 48 años, reveló en 2015 que tenía cáncer de pecho y, dos años después, tras compartir sus tratamientos en las redes sociales, dio la buena noticia de que la enfermedad estaba en remisión.
Sin embargo, hace más de un año recibió un nuevo diagnóstico que confirmó que tenía cáncer nuevamente. De hecho, confesó que estaba en tratamiento mientras filmaba la serie inspirada en su éxito «90210».
Según la actriz, fue precisamente la muerte en marzo de 2019 de Luke Perry, su compañero en la serie, lo que la hizo tomar la decisión de participar en el proyecto, en el que compartió con el resto de los protagonistas de la primera versión de «902120».
«Fue muy difícil de asimilar porque yo ya había sido diagnosticada y él, que supuestamente tenía buena salud, se nos fue primero (a causa de un derrame cerebral a los 52 años)», manifestó. Para ella, formar parte del proyecto fue una forma de «rendirle homenaje», aunque cree que no ha hecho suficiente al respecto.
Ahora, esta decisión de revelar que tiene cáncer de nuevo no fue propia, ya que ha contado que la semana que viene su situación se haría pública pues tendrá que presentar documentos sobre su salud en un juicio que lleva en contra de una compañía aseguradora.
Por eso, decidió contarlo ella misma.
«Siento que no lo he procesado», reconoce Doherty sobre la noticia. «Es una píldora muy amarga y, claro, hay días en que me pregunto por qué a mí, luego me pienso y por qué no. ¿Quién más se merecería esto? Nadie», indica.
Aun así ha asegurado que su primera reacción nunca es preocuparse por ella misma. «Lo que me vino a la cabeza es cómo se lo iba a decir a mi mamá. A mi esposo», ha comentado.
«También temo que alguna gente piense que si yo lo hice, cualquier paciente con cáncer en etapa 4 lo puede hacer y no es así», ha concluido.
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