Son algunos de los aspectos que tienen que conocer los profesionales que trabajan en la industria del lujo, tanto en yates como en villas, formados en Yachting Butler Academy (YBA), la única escuela española en la formación en español-inglés de profesionales que trabajan en este sector.
Ya no se habla de mayordomos. El término está obsoleto. Ahora es un asistente personal ejecutivo. Con los años, han cambiado tanto sus funciones como el perfil del millonario. No son sólo personas de cierta edad que viajan en sus superyates tras haber hecho fortuna, sino jóvenes que disfrutan de una vida de lujo.
Su enseñanza está orientada a tripulaciones de interior de yates y megayates, tanto privados como de chárter a nivel internacional: mayordomos (butlers) y Guest Experience Managers de hoteles L/GL (lujo y gran lujo), así como asistentes personales ejecutivos (EPA), property managers y resto de staff que trabajan en villas y propiedades privadas.
«Lo que más valora un millonario es el tiempo, ellos compran tiempo. Nosotros nos anticipamos a lo que quieren con una atención excelente», afirma Mara López, responsable de la empresa, puesta en marcha hace tres años. «Nuestros alumnos tienen que tener vocación de servicio (los dueños de los yates no son clientes, son invitados), educación, elegancia, saber estar, ser discretos y mantener la confidencialidad. Se trabaja mucho, pero también se gana dinero: entre 2.000 y 7.000 euros en yates y hasta 100.000 anuales como property manager en países árabes o Gran Bretaña, por ejemplo».
Exigencia
Hay dueños de yates de lujo que exigen muchísimo. «La tripulación tiene que conocer muchos detalles y disponer de mucha información, como por ejemplo, el tiempo o la temperatura del agua. En una ocasión el dueño de un yate preguntó a qué temperatura estaba el agua. Estaba a 26 grados. Dijo que hasta que no estuviera a 27 grados, no se bañaba. Le indicamos que tendría que esperar a que el sol estuviera más alto y que le avisaríamos. Sabes que cuando regresan de una cena en tierra, tienes que estar listo y uniformado, aunque sean las tres de la mañana, por si necesita o pide algo para el día siguiente».
La tripulación sabe que hay que buscar siempre soluciones y no juzgar a su cliente. En barcos con bandera extranjera hay que saber convivir, ser compañero, no sólo diferenciar entre un tenedor de ostras y otro distinto. «Aquí se consigue todo con dinero, pero hay sitios donde es difícil. Un árabe, por ejemplo, quiso visitar solo la Alhambra y consiguieron cerrarla para él. Hay que tener capacidad de improvisación y de trabajo, tener contactos, ser organizado y estar siempre con una sonrisa. Cuando los dueños quieren hablar contigo, te lo harán saber».
Hostelería
La empresa ya ha formado a casi 250 alumnos. Muchos de ellos proceden de la hostelería, tiene una media de edad que oscila entre los 20 y 40 años y destacan las mujeres sobre los hombres. «Es importante que les guste el lujo, lo exquisito y saber valorarlo. En entornos de lujo, el profesional debe distinguirse por una especial disposición personal y profesional para acometer con éxito cualquier función de asistencia personal directa. En un nivel alto hay que cuidar mucho los detalles. Por ejemplo, controlar qué vestido se pone la dueña en una cena de gala y no volver a repetirlo en otra cena con los mismos invitados. No todo el mundo llega a este nivel. Hay personas que trabajan en la lavandería como un personal base que es muy necesario y muy importante».
La empresa también ofrece formación online (yachtingbutleracademy.com), presencial y personalizada según las necesidades de cada uno, desde una persona que se encarga de la lavandería a un asistente para un embajador o resort de lujo. «Nuestra formación ad-hoc y también in Company abarca toda la industria de lujo».
La formación, como bien sabe el personal que ya trabaja tras hacer el curso, es esencial. El yate Miss Kate, de Lamprell Marine, es el espacio donde se llevan a cabo las prácticas. Allí, Laura Frau, Amai Murga, Esther Infantes y Laura Diddi pusieron en práctica todo lo que aprendieron. «Estoy trabajando en un yate en Puerto Portals. Hice un curso de Interior inicial y avanzado. Sí, algunos clientes son exigentes. Piden servicio y detalles, que con estos cursos podemos conseguir. Sólo navegamos en Balears, así que puedo dormir muchas veces en casa», afirma. «Lo más importante es que cada cliente es único. Debemos tener la capacidad de adaptarnos a él. Tienes que estar muy pendiente todo el tiempo», añade Laura Diddi.
15 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Lo que es impresionante es que en 99% de yates de lujo todos trabajan en negro. Los dueños de los yates son las compañías ficticias que como dirección tienen la caja postal en Islas de Cayman o otros paraísos fiscales. Así los millonarios no pagan ni un céntimo de los impuestos y tienen toda la tripulación trabajando en negro. Y que hace la hacienda? Pues nada, porque estos hijos de p. solo joden a los autónomos y pymes.
Es un trabajo de servicio a ricos que es complicado de atender y como más abajo han dicho hay que aguantar mucho. Aquí el que realmente gana es la empresa que provee al personal para estos yates.
Si son hooligans, porque son hooligans, si tienen dinero, tampoco les va bien. Qué mala es la envidia ! Haber estudiado !
Una cosa és ser ric. L' altre és ser un esclavista.
Exigen a sus criados de lo que ellos carecen. Lo peor es que cuando un mecánico o capitán pide servicios tratan a las empresas como sus DUEÑOS los tratan a ellos, es decir con soberbia y mala educación. A no todo es oro lo que reluce, muchas veces cuesta muchísimo cobrarlos servicios prestados
Se le puede llamar de muchas maneras pero es servir a los Caprichos de gente podrida de dinero conseguido a saber cómo...exclavitud con uniforme y aguantar carros y carretas,de gente caprichosa y muchas veces maltratadores psicológicos de las personas que les asisten, yates, mansiones,etc.
Si es poden permetre un yate d'aquests que contaminen tant, esperem que puguin pagar un sou més que digne als seus criats
Ahí habría que mandar a todo el gobierno comunista de Sánchez y que tuvieran que servir a las tres de la mañana para ganarse las habichuelas.
Me parece muy bien... ya era hora Que importa como se le llame, es trabajo. Y trabajo muy bien pagado Casi todas las tripulaciones en yates de lujo son britanicas,,, y ya vienen formados. Tontos no son... prefieren limpiar un barco y con opciones de ascender a otros puestos mejor pagados que limpiar hoteles y quedarse estancados
Esto es la sumisión del siglo XXI. Qué vergüenza.