Junto a su mujer, Catalina Payeras, el día que le dieron la Medalla de Oro del Consell, en 2004. | J. PEREZ
Para definir a Jaume Company hacen falta varias líneas: era un hombre amante de la danza, por supuesto, pero también de la poesía popular, la escritura, la música, en fin, de todo lo relacionado con el folklore mallorquín. También se esmeró en aprender idiomas, pero el rasgo que más destaca su hija Maria Antònia era su carácter pedagógico. «Le encantaba transmitir todo lo que aprendía». Jaume Company, del que el próximo miércoles se cumplen 100 años de su nacimiento, fue un erudito hecho a sí mismo. En 1940, con apenas 18 años, fundó Aires Mallorquins, una agrupación de folklore mallorquín que sobrevive hoy en día, 82 años después, con su hija Maria Antònia como presidenta. «La verdad es que ni me acuerdo de la primera vez que bailé. Ha sido como parte de mí desde siempre», explica la sucesora.
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