Jonny Darder: «Intentamos abrir otro ‘llar' de 140 plazas»

«Somos personas no votadas por nadie –dice– que dentro de nuestras posibilidades hacemos lo que deberían hacer los votados: preocuparnos por los que no tienen nada, procurándoles comida y techo. Sobre esto último –añade–, decir que tenemos dos llars, el Inge y el Kurt, con 111 plazas entre los dos, y con una lista interminable de espera. Por eso estamos negociando la apertura de un tercero, en el Polígono de Son Castelló. ¿Que cómo lo vamos a hacer...? Pues transformando un edificio en desuso en otro que, una vez restaurado, acoja a 140 personas, entre ellas familias que viven en la calle, que según el informe que recientemente hizo Médicos del Mundo, no son pocas, y muchas de ellas con niños. Familias que, o bien no tienen ingresos, o cuentan solo con el mínimo vital de 423 euros, que estando el precio de los alquileres por las nubes, como está, no les alcanza. Vamos, ¡imposible! En cambio sí les alcanzará en los llars, donde pagan, dependiendo de cómo sea la habitación, entre 150 y 200 euros al mes, dándoles derecho, además, a desayunos,    comidas y cenas gratis, a agua, caliente y fría, luz, lavandería, duchas, sala para estar en el tiempo libre, donde, además, pueden recibir visitas, etc., también, todo eso, a coste cero, lo que supone que de la paga pueden disponer de algo más de la mitad para destinar a otros gastos. Pero, ya digo –señala Darder–, de momento estamos en negociaciones con la propiedad de dicho edificio. Luego veríamos de qué modo afrontábamos la reforma y los correspondientes permisos y otros requisitos e imprevistos que conlleva el proyecto».

Y en cuanto al personal que se ocupe del mantenimiento del local, Jonny dice que no hay problema, «pues son voluntarios, que es una de las ventajas que tenemos, pues gracias a ellos, a que son voluntarios, nos evitamos muchos gastos». El presidente deTardorlamenta también la situación casi al límite de su comedor social, «similar, supongo, a la de otros comedores, debido a la subida de la luz, del agua, electricidad, gasolina y la comida, pues parte de ella la hemos de comprar nosotros, además de los táperes para servirla, que nos salen a unos mil euros a la semana, y... Pues que salvo unas pequeñas ayudas que recibimos esporádicamente del Govern y de algunos voluntarios, no contamos con nada más. A todo ello añadamos los impuestos… Porque pese a ser una entidad solidaria, no nos libramos de los impuestos, ni de justificar todos nuestros ingresos. Sin embargo, y pese a todos esos inconvenientes, seguimos luchando, pues son más de 700 los servicios de comida que hacemos cada día. Eso, hoy por hoy, porque    cuando llegue el otoño, la cosa se complicará aún más, ya que puede que los que trabajan eventualmente se queden sin trabajo, por lo que irán a Tardor, o a otros comedores».  Pues esta es la situación.

Si la división beneficia al poderoso, hay que cambiar

El empresario de restauración Alberto Jareño, y exmiembro de La Resistencia, tiene ante sí varios frentes abiertos: hacer que La Balanguera, su restaurante, funcione, preparar el SEIMAD Motor Island 2022, que es una exposición de motos y coches, clásicos y modernos, de las mejores marcas nacionales, a celebrar los días 22 y 23 de octubre en Son Fusteret, donde, además, habrá un concurso entre los mejores customizadores de motos y coches, una competición de Drift Park, a base de derrapajes y aparcamientos controlados, y un espacio destinado a zona infantil y otro a los food truck, o camiones que sirven comidas, «evento –matiza– que organizo junto a mis socios Silvia Ramón, Aldo Petri y Carlos Cuesta». Un tercer frente sería el de la política, pues, según nos cuenta, «tengo ofertas de varios partidos, entre ellos, Sumam, del que soy secretario general provisional, pero de momento quedo a la espera, a ver lo que pasa en adelante, pues está claro que lo que hay ahora no funciona».

Jareño, en vista de las próximas elecciones municipales y autonómicas, considera que «por lo que veo, hay demasiados pequeños partidos, ocho o nueve, puede que más, y en ellos aprecio algunos egos, lo cual favorece a los grandes. Por ello, creo, lo mejor sería hablar entre nosotros, los pequeños, e intentar una unificación, y si es necesario pactar luego con los grandes. Porque, ya digo: si nos presentamos tantos, vamos a hacer un gasto y un esfuerzo grande, y no vamos a conseguir nada, salvo una gran decepción. Lo digo por lo que ha pasado en elecciones anteriores… Y en cuanto a los otros, me refiero a Vox y a PP...

Pues como no se espabilen, se van a quedar como estaban. Y digo que como no se espabilen, refiriéndome a que no se movilicen, y no se les vea con más frecuencia en la calle, haciendo cosas que llamen la atención al votante, se van a quedar donde están, pues los que ahora ostentan el poder, ya sea autonómico, ya sea municipal, son mucho más activos y, salvo excepciones, están más unidos. Lo digo porque el alcalde ha suspendido la Palma Pride Week, sin duda uno de los acontecimientos del año más esperados por el colectivo LGTBI, y encima con todo preparado para que fuera un éxito, y no ha pasado nada. En cambio, si el alcalde que hubiera suspendido la fiesta hubiera pertenecido al Partido Popular, las manifestaciones habrían estado en la calle cada día. Es mi opinión, que conste... Pero insisto en que la unificación de los más pequeños es fundamental si se quiere conseguir algún concejal o diputado».