Algunos de los miembros de la citada unidad de Son Espases no conformes    de cómo actúa el departamento de contratación del Ibsalut. | R.D.

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Irene Navarro es enfermera especialista en salud mental. La acompaña otra colega suya, Margarita Mora, también enfermera, además de un grupo de profesionales de la Unidad de hospitalización breve y del Hospital de Día de Psiquiatría infanto-juvenil, de Son Espases.

Irene no nos habla en nombre propio, a título particular, sino que es la portavoz del equipo de dicha Unidad. Y habla, o mejor, denuncia, un caso que se viene dando en los últimos tiempos en la misma, lo cual merma considerablemente el trabajo de estos profesionales, que con el contacto diario han conseguido formar un grupo experto que puede hacer frente a cualquier problema que se plantee, entre otras cosas porque son especialistas en el trabajo que realizan, y porque llevan trabajando juntos desde hace tiempo.

Irene Navarro, que es la portavoz del grupo, señala que «si no estás preparado, esto no es    fácil de digerir para cualquier tipo de personal sanitario»
Irene Navarro, que es la portavoz del grupo, señala que «si no estás preparado, esto no es    fácil de digerir para cualquier tipo de personal sanitario»

«Estamos especializados»

«Pues sí, con estas palabras, Mi hijo ha intentado suicidarse, por favor cuide de él, recibimos a diario a los padres de los chavales que ingresan en nuestra unidad, denominada Unidad de hospitalización breve y el Hospital de Día de Psiquiatría infanto-juvenil. Es evidente que si no estás preparado, esto no es fácil de digerir para cualquier profesional sanitario. Porque nosotros –nos aclara– somos profesionales sanitarios, que además estamos especializados en salud mental: los médicos hacen una especialidad de cuatro años, los psicólogos hacen la especialidad de Psicología Clínica, que son otros cuatro años de formación, además de su título de grado, y las enfermeras nos especializamos durante otros dos años, aparte también de estar en posesión del grado en Enfermería. Esto da alguna pista sobre la necesidad de estar formado para poder desempeñar este trabajo con buenos resultados. El problema es que estos, en salud mental, son difíciles de medir. Otro problema añadido es la falta de profesionales con formación específica, dado que actualmente hay un déficit importante de psiquiatras, psicólogos y enfermeras de salud mental. Cuando se trata de psiquiatras y psicólogos, el asunto está claro: no se puede contratar a un médico de otra especialidad, ni a un psicólogo general. Por lo tanto, la plaza queda sin cubrir, con la consiguiente merma en la calidad asistencial y el aumento de las listas de espera. Pero en el caso de las enfermeras, es distinto. Se contratan enfermeras generalistas, que en ocasiones no han pasado por ningún servicio de salud mental. Y esto no es nuevo, ya que llevamos años bregando con este problema. Venían compañeros nuevos, sin experiencia, y tras una formación exprés de 3 o 4 turnos, en los que, además de hacer nuestro trabajo, los formábamos, en el mejor de los casos, en unos meses podían empezar a sacarnos las castañas del fuego. Pero, claro, los contratos de estos compañeros suelen durar de uno a seis meses. Y la lógica nos dice que si estos enfermeros han adquirido conocimientos y empiezan a desenvolverse con cierta soltura en este servicio tan sumamente específico, se les debería volver a enviar a nuestra unidad.

La lógica, ausente

Pero, claro, la lógica no guía al departamento de contratación del Ibsalut, y en palabras de la dirección de Enfermería de Son Espases «para hacer la contratación hay que regirse por la normativa de bolsa única, que a veces puede ser que no se adapte a algunos puestos específicos. Por ello, nuestra gran duda es: si esta normativa hace que la contratación no se adapte a los puestos específicos, ¿por qué la dirección de Enfermería no trabaja mañana, tarde y noche para erradicar esta situación?».

No necesitan requisitos

«Y si hablamos del equipo de TCAEs (Técnicos de Cuidados Auxiliares de Enfermería) –prosigue–, la cosa no es menos grave, ya que las TCAEs son, muchas veces, nuestras manos y ojos, y a la vez un apoyo imprescindible para las enfermeras, pero sobre todo para los pacientes. Porque, ¿cuántas veces habrá venido mi compañera auxiliar a darme una información importantísima sobre los pacientes... Información que el paciente le daba tras pasar a lo mejor 3 o 4 horas sentados juntos, hablando, charlando, desahogándose...? Porque, ¿sabe?, nuestras auxiliares conocen la importancia de sentarse junto a los    chicos a escucharles o a acompañarles en silencio. Pues bien, a lo que iba: de las nueve TCAEs que trabajan en nuestro servicio (todas con contratos de interinidad, es decir, contratos estables hasta que se consoliden tras una OPE), la Gerencia ha decidido quitarnos a seis y ofrecer esas plazas a otros tantos TCAEs con más puntos, pero menos experiencia, mediante un concurso de movilidad interna, al que, para acceder, no es requisito tener ninguna experiencia en salud mental, lo cual significa menospreciar nuevamente todo el tiempo y esfuerzo invertido en consolidar y formar a la plantilla». Pues ahí queda eso. No es lo mismo ocupar un puesto, que hacer que lo ocupe la persona adecuada, cosa que ahí parece que no ocurre.