Las aplicaciones para comer saludable son cada vez más populares entre la población. | Sabrina Vidal | PALMA

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Los hábitos alimentarios saludables se han convertido en una tendencia a nivel social. Obviamente, hablamos de una tendencia totalmente positiva en el repercutir directamente en una salud óptima que otorga cualquier dieta equilibrada. A raíz de esta corriente saludable, han nacido movimientos como el ‘RealFooding' qué se basa en la ingesta de alimentos sin procesar o muy poco procesados. Su impacto ha sido tan grande que la estampa en los supermercados es más que peculiar. Se pueden ver los pasillos llenos de gente que analiza los productos con una App que desintegra la comida en diferentes factores para evaluar su nivel de procesado.

A pesar de que el 'RealFooding' como tal haya perdido su esencia a causa de las polémicas en torno a la figura de su fundador, han aparecido diferentes alternativas como Yuka', que se dedica a la valoración objetiva de los alimentos. Estas aplicaciones desgrana el producto en aditivos, cantidad de proteínas que contiene, valor energético (nivel calórico), grasas saturadas, azúcar y sal. Lo hace siempre con una muestra de 100 gramos en la que se divide entre puntos positivos y negativos con unas valoraciones. Además, en caso de ser un producto con puntuación negativa, se suman alternativas saludables a su parecer para poder optar por una opción acorde a lo que se busca.

Estas puntuaciones se clasifican en malo (entre 0 y 25 ), mediocre (entre 25 y 50), bueno (entre 50 y 75) y excelente (entre 75 y 100). En caso de situarse entre el 0 y el 50, la misma aplicación ofrece alternativas saludables. Es tal, el impacto que muchísima gente tiene estas aplicaciones como herramienta indispensable para realizar la compra. La comida ultraprocesada y llena de grasas saturadas está perdiendo fuerza en las compras diarias de muchas familias.

Por otro lado, algunos expertos aseguran que los criterios demasiado estrictos y que invitan al alarmismo. Diferentes fuentes consideran que no tienen un criterio unificado en relación de donde vienen los azúcares o algunos valores calóricos y solo se centran en la cantidad. Sea como sea, la fiebre por estas aplicaciones está instalada y en los supermercados podemos ver como cada vez son más, los que eligen comer en función a lo que indiquen estas aplicaciones.