«Desde niño sentía fascinación por todo lo mineral. Aunque, por circunstancias familiares, no tuve la oportunidad de estudiar, he de dedicado mi vida a ello. Descubrí la pasión por los meteoritos hace 25 años, en una excavación paleontológica en Estados Unidos, y los comencé a coleccionar. La Astronomía es la ciencia que más aporta a la filosofía, e intenta responder las eternas preguntas de qué somos, de dónde venimos, a dónde nos dirigimos. Los meteoritos nos ubican en el espacio y en el tiempo», razona Casado.
Existen distintos tipos de meteoritos, «y cada uno cuenta una historia diferente; dónde estaba cuando se originó el sistema solar, si ha sido el corazón de un asteroide o ha formado parte de la superficie de Marte», sostiene el divulgador. Y muchos meteoritos están compuestos por la materia que originó el sistema solar –permanecen inalterados por el vacío y el frío del espacio–, «pero todavía no tenemos una prueba fehaciente de un meteorito que haya llegado de fuera de nuestro sistema. Ahora bien, en el interior de ciertos meteoritos se han hallado partículas, de calcio y aluminio, procedentes de la explosión de grandes supernovas».
Pero, ¿cómo se encuentran los meteoritos? Un método es observar el cielo, esperar a que un bola de fuego lo atraviese y seguir su estela, «pero como no podemos estar esperando, vamos a buscarlos al desierto. No es porque haya más, sino porque allí se ven: no hay vegetación que los deshaga, humedad que los altere o ríos que los arrastren», afirma Casado quien, desde 2008, con su grupo de buscadores de meteoritos, ha encontrado más de medio millar de meteoritos en el Sáhara, el desierto de Atacama o en varios puntos de España, que más tarde donan a universidades españolas para su estudio.
Entre todos los hallazgos de su grupo destaca «una piedra hallada en Túnez. Colaboramos con la Universidad Politécnica de Barcelona. Allí el doctor Jordi Llorca la cortó, realizó los análisis pertinentes y descubrió que se trataba de la roca más profunda de Marte que haya alcanzado la Tierra», sostiene el divulgador, en cuyas expediciones hacen uso esencialmente de la vista, «los meteoritos suelen ser negros por fuera», así como de un detector de metales, «solo en caso de que el meteorito sea metálico y de grande dimensiones, y se haya roto en miles de fragmentos». Casado define a los meteoritos como la Piedra de Rossetta de la Astronomía, «hace pocas semanas se encontró uracilo y vitamina B-13 en el interior de un meteorito. También se han detectado hasta 35 aminoácidos, el origen de la vida. Los meteoritos te pueden dar muchas respuestas. Pero lo maravilloso es que por cada respuesta te genera diez preguntas», afirma.
Este es solo un sucinto acercamiento al universo de los meteoritos: los interesados en esta materia pueden aprender más en el programa El Cazameteoritos, producido por la televisión de Castilla y León, protagonizado por Casado, «soy una mezcla de Bear Grylls y el Tío de la Vara», y disponible en YouTube, o bien asistir a las conferencias que impartirá en CaixaForum, «¿quieres tocar un cachito de la Luna o Marte, o una piedra con miles de millones de años? ¿Quieres ver aminoácidos en un meteorito? ¿Quieres conocer el origen de la espada Excálibur o de las dagas de los faraones egipcios? Solo debes acercarte», concluye Casado.
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Al parecer es cada vez más probable que el origen de la vida humana sea extraterrestre portada por estos meteoritos.