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Amediados del año pasado os hablé de Leonardo Cóndor, fotógrafo ecuatoriano, de Quito, residente en Palma desde hace 22 años, con estudio en la calle Oms, y mostré algunos de sus trabajos, en los que, en casi todos, la mujer, vestida, semidesnuda o desnuda, y casi siempre enmarcada en plena Naturaleza, es la protagonista.

Unos trabajos conseguidos con una máquina y unos objetivos muy sencillos, pero con los que logra unas fotos espectaculares, que no pasan desapercibidas en ningún lugar que se expongan. Pues bien, hoy, sábado, 6 de mayo, en el hotel Forn Nou, de Artà, tendréis ocasión de ver algunas de esas fotografías, que si mal no recordamos son seis, más otras dos retocadas por la pintora Zsa Zsa Zowé.

Su equipo fotográfico

Volviendo a la cámara y objetivos que utiliza para conseguir tan buenas fotografías, os diré que los objetivos son un 15-35 mm, 2,8, gran angular y un 70-200 mm, 2,8. «Los utilizo con la cámara Canon R6. El gran angular lo empleo cuando quiero deformar un poco el cuerpo de la persona que fotografío. Utilizándolo adecuadamente, consigo alargar las piernas, o lo que te pida la foto, o el momento... Mientras que el 70-220 me sirve para cuando quiero desenfocar los fondos y hacer algún que otro robado en la calle. También tengo otra cámara, una Zenit TTL, con un objetivo de 58 mm., con el que consigo unos magníficos desenfoques».

En cuanto a los escenarios, tanto le da… ¿Estudio, Naturaleza…? «Depende de cómo quieras hacer las fotos… Porque, por norma general, soy yo quien propone, y ella, casi siempre, por no decir siempre, acepta». ¿Ella…? ¿Solo fotos de ellas…? «Casi siempre, sí. Fotos para celebrar algo, fotos para el recuerdo, para ver cómo eras cuando te las hiciste… Fotos para hacer un regalo o, simplemente, para colgarlas en alguna pared de tu casa».

¿Fotos siempre de mujer…?, insistimos. «Pues sí, dado que el hombre es reacio a que le fotografíen desnudo. Por ello, es mujer la que viene… Tal vez porque le gusta verse así, tal vez porque quiere darle una sorpresa a su pareja… Pocas veces viene acompañada de esta… Aunque alguna vez, si la iniciativa es de su pareja, vienen los dos».

Bien, ya estamos en el lugar. Es la falda de una montaña con una pequeña arboleda de fondo, por ejemplo… «¿Tiene ella reparos a la hora de desnudarse ante usted?». «Para nada, ya que viene con la mentalidad abierta y las ideas muy claras, por lo que se deja guiar y hacer lo que le digo. Los complejos y el pudor han de quedar aparcados».

Entre 500 y 1.000 euros

La sesión, sea en estudio, sea al aire libre, entre que llegas, preparas, posas, etc., suele durar unas dos horas… «Porque al fin y al cabo, una vez que lo tienes dispuesto, y la ves a través de la lente, con diez o doce disparos consigues la foto que buscas». Dependiendo del tiempo que haya dedicado para hacer la foto a tamaño de 150x180, con todo lo que conlleva, cobrará, si es por medio día de trabajo, 500 euros por fotografía, y si es un día, mil.

Pongamos que la foto se tiene que hacer fuera de Mallorca, ¿quién corre con los gastos ? «Corre con ellos el cliente –afirma–. Este invierno quise hacer un desnudo en un glaciar suizo. Nos fuimos la modelo y yo a dicho país. Pero, al llegar al sitio, era tal el frío, que fue imposible hacer la foto. Y cómo las previsiones eran de frío intenso, nos volvimos. Al ser una foto para mí, tuve que pagar todos los gastos…».

Aparte de desnudos, Leonardo hace también otras fotografías que nada tienen que ver con ellos. «En la última nevada que cayó sobre Mallorca, alquilé un helicóptero y otro equipo para sobrevolar la Serra de Tramuntana y fotografiarla cubierta de nieve. Son unas fotos espectaculares que todavía no he mostrado, pero seguro que gustarán».

Exposición

Desde hace un par de días, Joaquín Zapata, a través de su muro en Facebook, emite un vídeo en el que habla de la exposición con la que el Hotel Armadams inaugurará su sala de exposiciones el próximo día 11 de mayo, jueves.

Y la inaugurará –adelanta Joaquín– con una exposición del escultor Lolo Garner, cuyo montaje, no de la exposición, sino de todo cuanto envuelve a esta, se encarga él, Joaquín Zapata. En principio, se proyectará una vídeo obra del artista Joan Llompart, experto en arte, nuevas tecnologías e inteligencia artificial. A todo esto, en las paredes de la sala, Joaquín dibujará siete rectángulos para que siete artistas pinten en ellos.

Dichos artistas son Tolo Albertí, María Morell, Luis Maraver, Miguel Monegal, Nuria Bosch, Pascual de Cabo y el propio Joaquín Zapata. Y si entre el público asistente hay alguien que quiera sumarse a las pintadas, que lo haga. Dicha perfomance quedará expuesta durante dos semanas, y luego se cubrirá con pintura, aunque la esencia de la misma permanecerá debajo de esta. Todo, de principio a fin, sensacional... «¿Os imagináis lo divertido que será –apostilla Joaquín Zapata–, pasar un jueves por la tarde pintarrajeando las paredes de un hotel…?».