El joven palmesano hidromielero muestra una de las variedades de su hidromiel. | Pere Bota

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El joven emprendedor Sergio Seoane Durán (Palma,1991), propietario de la fábrica y tienda de degustación El Buho Hidromiel de la calle Gaspar Bennàssar de Palma, acaba de coronarse como subcampeón del prestigioso concurso International Wine & Spirits Awards con dos de sus productos estrella: el hidromiel clásico y el hidromiel de frutos rojos.

Es el primer concurso que gana como profesional, aunque atesora desde bien joven otros diplomas y medallas. «En mi adolescencia casi adulta empecé a consumir hidromiel en el Valhalla en Palma. Lo cierto es que no siempre tenían, porque la tenían que importar de Alemania. Se bebía en cuernos. Ahora es un producto que se ha popularizado a través de las series como Vikingos y el panorama ha cambiado mucho tanto dentro como fuera de Mallorca», explica.

Sergio Seoane (Xenxo para clientes y amigos) comenzó a investigar sobre el hidromiel tras el cierre del Valhalla. «Cuando empecé a beber allí el hidromiel me gustó y al cabo de un año cuando cerró el bar pensé, ¿dónde voy a consumirlo ahora? Entonces estaba estudiando cocina y empecé a leer y a probar, pensé que no debía ser más complicado que hacer cerveza. En internet no había apenas información y basándome sobre todo en libros de apicultura experimenté. Algunas cosas salían bien y con otras te llevabas un chasco. Me presenté al primer concurso (a la Copa Reina) cuando aún la hacía de forma amateury de hecho fue lo que me incitó a lanzarme al mundillo», relata.

Xenxo Seoane registró su hidromiel en el año 2020, poco antes de la declaración del Estado de Alarma, y a pesar de las dificultades derivadas de la pandemia ha conseguido consolidar la fábrica y en el último año ha abierto el local de la calle Gaspar Bennàssar. Actualmente fabrica cuatro tipos de hidromiel de los que tres son variedades fijas y la tercera es una colaboración con la cervecera de Palma Breaking Brou. Esa colaboración ha creado el primer Braggot en Baleares (una comunión entre cerveza e hidromiel).

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Xenxo Seoane enseña los diplomas que acreditan sus premios.

«Ahora no se puede negar que el hidromiel está muy de moda, gracias a las series y los libros de vikingos. En Mallorca somos dos hidromieleros (además de mi, hay una pareja que tiene una fábrica en Inca», dice. Precisamente uno de los hidromieleros de Inca, Marc Artigues, es el presidente de la Asociación de Hidromiel de España. Xenxo Seoane es el vicepresidente. Son dos mallorquines en un mundillo, el de el hidromiel, que está mucho más extendido en el territorio peninsular.

«La moda de los vikingos tiene sus ventajas y sus inconvenientes. El hidromiel es más conocido, pero tienes que pelear para romper el estigma de los vikingos y realmente en los países del este está considerado un vino de lujo y no conciben por qué en España, sin apenas haber tenido cultura vikinga le ponen temática vikinga. Nosotros tenemos cuerno para vender, pero no servimos en cuerno. Queremos explotar el hidromiel como debería ser. Lo servimos en copa y fresquito, organizamos catas y hacemos maridajes», explica el hidromeliero de Palma.

Seoane recuerda que el hidromiel «lejos de lo que mucha gente piensa tiene más familiaridad con un vino que con la cerveza. En el vino se fermenta la uva. El proceso de elaboración de hidromiel es prácticamente el mismo, pero en vez de utilizar uva utiliza miel. Es muy versátil, porque le puedes añadir frutas, especias… lo que te venga en gana».

El hidromiel (hay un debate eterno sobre su género, masculino para la Real Academia de la Lengua Española) es una bebida fermentada a base de agua miel y levadura. La graduación puede variar desde los 4 o 5 grados hasta los 18. Existen algunos incluso por encima de esta graduación alcohólica pero es extraño encontrarlos.

Xenxo Seoane reivindica la importancia de la apicultura para el medio que nos rodea. «Yo compro miel de Mallorca, pero no hay suficiente para abastecer a los hidromieleros. Tengo dos fermentadores de 500 litros y en cada uno meto 180 kilos de miel natural y cruda. No puedo abastecerme solo de miel local, pero eso sí, siempre compro miel española», dice. «Una de las cosas que intentamos es promover el uso de la apicultura sostenible y la producción de hidromiel ayuda a esto, porque ayuda a los apicultores a vender el excedente y diversifica sus ingresos», añade.

El hidromielero explica que «la falta de miel y la subida de precios es una cosa exagerada. No ha afectado solo a nivel de Baleares sino también en la Península. El que no haya lluvias afecta a las plantas y a la polinización. Ahora mismo tenemos colmenas apadrinadas en Galicia. Trabajamos mucho con pequeños apicultores locales. Los hay que también fabrican hidromiel y fue un compañero que conocí en un certamen en Madrid el me ofreció apadrinar una colmena. Me pareció muy interesante. La gente no es consciente de la importancia que tienen las abejas para nuestro futuro y para el futuro de nuestra descendencia».

El perfil del consumidor de hidromiel es de entre 35 y 50 años. «Al principio me sorprendió, porque esperaba gente joven pero viene bastante gente que a lo mejor pasa por delante de la fábrica y le llama la atención. Entran a preguntar, les enseño y algunos se han aficionado. No solo vendemos el hidromiel que fabricamos, también vendemos y distribuimos hidromieles de la Península. La juventud, busca un producto más económico, la gente más mayor disfruta del tardeo, busca un producto de calidad y no le importa pagar un poco más», relata. Una copa de hidromiel cuesta entre 4,50 y 5 euros y una botella entre 15 a 18 euros.

Aunque en Mallorca solo están registradas formalmente las hidromieleras de Palma e Inca, a nivel nacional hay muchas más marcas. «Hay más de las que yo me imaginaba en su momento. En la Península, además de en Madrid encontramos varias en Toledo, Galicia, Asturias… Y vemos que poco a poco cambian la temática vikinga. En asturias, por ejemplo se llama zángana, la nuestra se llama Buho (mi padre era coleccionista de buhos), la de Inca se llama Mandrágora…

Xenxo Seoane dedica las dos medallas de plata obtenidas hace una semana a su clientela: «Si estoy donde estoy, aparte de por el esfuerzo y sacrificio, es gracias a la clientela. Obviamente sin esa fidelidad no sería posible».

El concurso International Wine & Spirits Awards está organizado y desarrollado por Catavinum en Vitoria-Gasteiz (España) con el objetivo de informar a los consumidores y profesionales internacionales de vinos y bebidas alcohólicas sobre la calidad del producto y potenciar la producción de productos de calidad. Desde el año 1998 Catavinum desarrolla guías y concursos de vinos, licores y otras bebidas alcohólicas en los que participan productores y empresas de los principales países del mundo. En la edición 2023, en la que el mallorquín Sergio Seoane ha hecho doblete, se cataron un total de 2.157 vinos y bebidas espirituosas de las que 646 obtuvieron medalla en las diferentes categorías.

«Vi el concurso y realmente no sabía si podía presentarme con la hidromiel pero llamé y me dijeron que sí, porque no deja de ser un vino de miel. Estoy más feliz que una perdiz de haberlo hecho, porque hemos ganado dos medallas de plata. Eso nos ayuda a dar visibilidad al producto y nos anima a seguir trabajando», sentencia.

La hidromiel se elabora a partir de una mezcla de agua y miel que se fermenta hasta alcanzar cierta graduación alcohólica. Se considera que es la primera de las bebidas alcohólicas que consumió el ser humano. Se conoce popularmente como ‘la bebida de los dioses’ y se sabe que la benían griegos, romanos, celtas, sajones y vikingos.