Tanto con José Hila como alcalde de Palma en la pasada legislatura como con Jaime Martínez, en el cargo desde junio, denunciamos que el Ajuntament está en deuda con sa Riera, sobre todo en la parte que llega hasta el puente que da al Passeig Mallorca. Y es que nada tiene que ver con el tramo que arranca desde el mencionado puente hasta el mar, donde luce árboles y arbustos muy cuidados. Y Cort no solo está en deuda con ese tramo de sa Riera, sino que también lo está con los vecinos de este, ciudadanos que al igual que los de otras calles tienen los mismos derechos. Martínez les puede preguntar y, a la vez, explicar el motivo por el que desde hace ni se sabe cuánto no pasa nadie de mantenimiento a recortar los hierbajos, que crecen indiscriminadamente, ni a retirar todas las porquerías, basuras y trastos que hay en el lugar, tal y como se muestra en las imágenes que acompañan a esta información. Eso por una parte. Por otra, su vecino parque del Canòdrom sigue con los problemas de siempre, más otros que se han añadido y que tienen que ver con la vandalización de parte de su mobiliario.
Incivismo
¿Por qué pasa eso? En primer lugar porque no todos los ciudadanos tenemos un concepto claro del civismo. También pasa porque nadie vigila. Porque de todas las veces que he pasado por ese parque jamás he visto a un policía. ¡Ni una vez! Entonces, por unos motivos y por otros nos encontramos con que la escultura que está al bajar al parque por la entrada de detrás de los Institutos vuelve a estar pintarrajeada.
Notamos también el paso de los vándalos por los bancos de piedra, los que tienen forma de cubo, que hay junto al murete que separa el parque de sa Riera. Vemos su rastro también en algunos bancos de madera esparcidos por ahí. Y lo vemos, sobre todo, en la escultura titulada Negro sobre blanco -ahora, Negro sobre blanco y algo de azul-, obra del artista George Sugarman a la que han dejado poco menos que para que la lleven al tinte.
A todo ello, añadamos que lo que podría ser una bonita zona de césped está pésimamente cuidada y todavía no se ha colocado una valla sobre el murete que impida que alguien se caiga. Además, los accesos al parque por ambas entradas siguen siendo poco menos que imposibles para las personas con movilidad reducida, sobre todo para las que van en silla de ruedas, porque dudamos que puedan subir las rampas. Y para bajarlas deben ir con mucho cuidado si no quieren sufrir un accidente. La dificultad que presentan las rampas y escaleras que hay es evidente en cuanto a una accesibilidad cómoda para todo el mundo, motivo por el que no nos explicamos cómo todavía no han resuelto el problema…
Es cierto que Hila tuvo más tiempo durante su mandato para solventarlo, pero los que están ahora y que conocen el problema por haber estado en el parque podrían haber hecho algo al respecto. Pues a Cort, entre esa parte de sa Riera que merece ser equiparada al tramo que va hasta el mar, y el mencionado parque, se le está acumulando el trabajo.
4 comentarios
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Los botes que usan los grafiteros se venden libremente, no se puede poner algún control sobre la venta de esos sprays?
No hay una, hay un poblado chabolista ahí montado. Hasta que no pase una desgracia ahí no se va a hacer nada
Que pena que no se respeta nada y que no hay un manteniendo como toca…..
Por no hablar de la chabola que está instalada debajo del parque del Canódromo, a un costado del torrente. A los gallos y gallinas los han quitado en menos de un día por la denuncia de un vecino (enchufado supuestamente) porque cantaban muy de mañana ¿y nadie hace nada con una chabola con sus trastos, colchones, ropa tendida, etc.? Ay, Palma, quien te ha visto y quien te ve…