Durante el programa ha creado prendas inspirándose en Mallorca. | CELIA BAYONAS

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Carlota Iris ha sido la última expulsada del talent show televisivo Maestro de la Costura, que esta noche emite un nuevo programa (22.45h, TVE). Aragonesa de nacimiento y mallorquina de corazón, reside en Londres. Aprendió a coser de niña con su abuela y trabaja con momias en el British Museum de Londres, donde es coordinadora de exposiciones, más en concreto de las colecciones egipcias y de Oriente Medio, con especial dedicación a los sarcófagos y las momias. A pesar de su lugar de nacimiento, Iris ha demostrado en el concurso que es una amante de la Isla y en su último diseño en televisión presentó una prenda inspirada en Mallorca, a donde se trasladó de pequeña junto a su familia.

Nada más comenzar el ‘talent show’ de costura confiesa que se considera ‘mañorquina’...
Nací en Zaragoza, pero a mi padre le ofrecieron trabajo en Mallorca y nos mudamos cuando yo tenía 8 o 9 años. Desde ese momento y hasta los 25 años he vivido y estudiado en Mallorca. Cursé la mayor parte de mis estudios universitarios de Historia del Arte en la UIB, aunque también estudié en Madrid y Viena.

El último estilismo que diseñó en el programa hacía un guiño a Mallorca.
¡Claro, lo hice! En concreto a sus palmeras y me hubiera encantado hacer más. Sé que Mallorca es mucho más que palmeras y playas pero es que me he convertido en inglesa (¡lo siento!).

¿Cómo fue el hecho de presentarse a ‘Maestros de la Costura’?
Es mi programa favorito y la moda es mi mayor obsesión. Siempre había querido estar ahí, pero no sabía coser, así que cuando me regalaron una máquina de coser hace un par de años me propuse aprender costura y también entrar en el concurso. Maestros lo veía como un Operación Triunfo de la costura: clases, recursos infinitos, tiempo para centrarte en solo una cosa, estar rodeada de gente de la que aprender y a la que admiras...

¿Cree justa su expulsión?
Soy de las que menos nivel de costura tiene y está claro que no puedo competir contra según qué compañeros. Pero si nos ceñimos a la prueba, había prendas con poco trabajo de costura. Aún así me siento afortunada de haber llegado a la segunda semana. ¡Me veía fuera la primera!

¿A quién ve como ganador o ganadora de esta edición?
Veo a Ana ganadora (su top fue una absoluta maravilla) y creo que Ángel tiene muy merecido ganar también.

¿De donde viene su pasión por el diseño de moda?
Mi primer trabajo soñado fue el de diseñadora de moda, pero cuando entendí que implicaba dibujar, entre muchas otras cosas, lo descarté. Yo soy historiadora del arte, porque me parece increíble que haya gente capaz de crear y siento una profunda admiración. La historia del arte también me lleva a la moda, pero de una manera más teórica e inmaterial. Mi reto sería materializar todos esos diseños que tengo en la cabeza y llevar mis propios diseños con orgullo algún día.

Tras esta experiencia televisiva, ¿se anima a participar en otro programa?
La verdad es que no, estoy muy tranquila en los museos. El mundo audiovisual en general sí me atrae, porque la publicidad, el cine y las series también son arte y tengo algo de experiencia en esos mundos. Así que solo me animaría a hacer ficción.

¿Qué le ha aportado participar en ‘Maestros de la Costura’?
He aprendido muchísimo de mis compañeras y compañeros, que son grandes profesionales o ‘talentazos’ en potencia. Además ahora sé nuevos trucos de costura, tengo una nueva familia y la satisfacción de haber cumplido un sueño.

¿A qué diseñador admira?
Uff… ¡a tantas y tantos! De hecho, admiraba a Alejandro Palomo y a María Escoté antes de Maestros de la Costura. Seguro que me dejo a muchas, pero admiro a esas diseñadoras anónimas de época victoriana, a diseñadoras de los años 70, como Jessica McClintock, a las hermanas de Rodarte, a Susie Cave (The Vampire's Wife), Leyre Valiente, María Rodríguez (Reveligion), suspiro por Alexander McQueen... Y me enamoro de unas u otros por épocas o colecciones.

¿Para quien diseña?
Para personas que valoran el trabajo y las referencias que hay detrás de una 'simple' prenda, que rompen con estereotipos, que echan de menos la estética de épocas pasadas, que se divierten con volúmenes y colores, que son un poco prerrafaelitas y siguen escuchando a Lana del Rey, que tienen mucho que decir (si les preguntan) y que saben quiénes son (o, mejor dicho, quienes no quieren ser).

¿Qué echa de menos de Mallorca?
Lo siento si sueno de nuevo a inglesa estándar (porque la Isla no se puede reducir solo a esto), pero echo de menos el sol y el mar. Sin olvidarme de la cocina mallorquina y amigos de siempre. También cosas banales, como un limonero que tenía en el jardín… Y cada vez que vuelvo y veo la maravilla de catedral o la Lonja (mi guilty pleasure) también siento cosquilleos. En marzo iré para el concierto de Belén Aguilera.