Peka Mimosa con su vestido hecho a base de preservativos caducados, prendas recicladas y con un abanico arcoíris. | Click

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Peka Mimosa es de Palma, aunque vive en Madrid desde 2013. Se llama Juan, y no sabe quién es su padre. Desde que nació vivió donde su madre pudo encontrar un techo y cuando no quedó otra opción «tuvimos que vivir en un coche, sobre todo en invierno, en los alrededores de la plaza del Olivar, y en verano en Ciudad Jardín».

«Eso fue hasta que los servicios sociales detectaron que estaba creciendo sin una calidad de vida, entonces me llevaron a la Llar del Rafal Vell, de donde guardo buenos recuerdos, sobre todo de mis cuidadoras que, excepto una, todas se portaban muy bien con los críos que vivíamos allí. Antes de los 18 años tuve la oportunidad de salir para trabajar en el aeropuerto, del que me echaron porque, según dijeron, daba mala imagen. Y es que cuando podía, trabajaba como artista en distintos lugares de Palma, y mucha de la gente que me había visto actuar, al reconocerme, me pedía una foto. Eso parece que no gustó a mis jefes de Son Sant Joan, por lo que me echaron. Naturalmente, no solo los denuncié por eso, sino que además gané y me tuvieron que pagar alrededor de unos 9000 euros que me gasté viajando, yendo a Londres, Alemania, Barcelona, Canarias, y terminando en Madrid, donde me quedé a vivir. Y aquí sigo», hace balance la artista. De aquellos años en la Llar, recuerda que a veces, «asomado a la ventana que daba al pasillo, me preguntaba ‘¿qué he hecho yo para merecer esto, para estar aquí?' Pero luego, pienso en lo bien que me trataron los educadores y en los demás chicos y me alegro».

¿Recuerdas la primera vez que te vestiste de mujer?
Sí, fue en unos carnavales. Me dieron permiso para salir, me llevé conmigo una peluca y, llegando a Gomila, me la puse. Más adelante, ya como drag queen, como Peka Mimosa, bailé en la terraza del local Wall Street de Manacor y más tarde, estuve en Les tres germanes y en Son Amar de la mano de Kings Of Sound… Luego empecé a trabajar en el aeropuerto, donde ya te he dicho cómo terminé.

A día de hoy, por lo que vemos, eres un referente dentro del colectivo LGTBIQ+ madrileño…
Sí, sin duda. Pero es así porque me tuve que buscar la vida, currármelo mucho, tanto como drag queen como artista. Porque, al margen de esto, tampoco no me van mal las cosas. Tengo una firma de cosméticos, Peka Kosmetics, que me funciona muy bien dada la gran aceptación que está teniendo. Vivo de mi arte, hago anuncios, muchas marcas me llaman para que las anuncie a través de las redes sociales, y dentro de nada voy a grabar un documental para Netflix. De verdad que no me puedo quejar, pero es que también me lo estoy currando mucho.

Un estilismo que lució para mostrar su rechazo al cartel del Orgullo que hizo el Ayuntamiento de Madrid.

Nos cuentas que estás en casa, agotada, con los pies hinchados, por lo mucho que caminaste de un lugar para otro el día de la fiesta del Orgullo. ¿En qué carroza estuviste?
En ninguna. Este año he ido a mi bola, he ido por libre. Sí, con mi equipo he estado en todos los eventos del Orgullo, incluso en el gran desfile. Y he estado de pie, yendo de un sitio a otro, con parada frente al Ayuntamiento de Madrid, luciendo para la ocasión un vestido elaborado a base de preservativos caducados, telas y materiales reciclados que me ha dado Pasco, un conocido diseñador. Un vestido que hemos confeccionado a toda prisa entre él y yo, hasta el punto que incluso estuvimos cosiendo la mañana del desfile. Pero valió la pena, ya que es un vestido espectacular, que no pasó desapercibido en ningún sitio luciendo los colores de la bandera trans.

¿Por qué un vestido hecho con preservativos y una parada tan larga delante del ayuntamiento durante el desfile?
Tiene su explicación. Yendo vestida así, quise dar réplica al cartel que hizo el ayuntamiento de Madrid para el día del Orgullo.

¿Qué pasó con ese cartel?
Pues que era un cartel en el que había condones, triángulos invertidos y copas de licor. Y como no estuve de acuerdo con eso, quise dejar muy claro que mi mundo, o más concretamente mi comunidad LGTBIQ+, es más que tacones, copas y condones, lo que también llevaba escrito, y bien grande, en mi abanico con los colores del arcoíris. Y es que, repito, no puedo estar de acuerdo con ese cartel, porque… ¿te imaginas que en las fiestas de la Virgen de la Paloma, en los carteles que la anunciaran estuviera la Virgen rodeada de preservativos? Por eso, y aparte de esto, a lo largo de la semana también me he paseado reivindicando nuestros derechos. Me he hecho fotos con el ministro Fernando Grande-Marlaska, con la cantante Diana Navarro, con la activista Manolita Chen, una de las primeras mujeres trans en poder cambiar el nombre en el registro... De verdad que ha sido un no parar.

Con el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska.

Respecto a la situación del colectivo LGTBIQ+ en España, ¿piensas que pueden vivir en plena libertad en nuestro país?
Para nada. Todavía hay quién nos quiere seguir pegando, incluso matando. Y en muchos países, la homosexualidad sigue estando fuera de la ley, por lo que sigue estando perseguida y señalada. ¡Y cosas peores! Y lo digo con conocimiento de causa, eh… El año pasado, sin ir más lejos, al bajar de la carroza en la que iba vestida de Peka Mimosa, una persona, más en concreto un hombre, se acercó, me insultó y me agredió. Vamos, que me dio una paliza que no veas. Y todo por ser drag queen. Por eso, siguen siendo necesarias estas manifestaciones del día del Orgullo, ya que continuamos teniendo miedo a represalias. Cuando me transformo en Peka nunca voy sola por la calle, por lo que pueda pasar... Por eso, por algunos, debemos de seguir ‘plantado cara'.

¿Sueles venir por Mallorca?
Solo cuando me contratan como artista. Y quien más me lleva son la gente de The2, con Eleven Productions de Palma. No sé, igual voy este año.