A los seis años de edad, Rosen Sashov Antonov, (Bulgaria 1970) comenzó a bailar las danzas folclóricas tradicionales de su tierra natal. Tras formarse en la Escuela de Música y Danza de Sofía, Rosen ha recorrido escenarios de medio mundo como bailarín del Ballet en la Philip Koutev National Folk Ensemble, pero también como coreógrafo. Una pasión que, al llegar a Mallorca en 2008, siguió realizando, aunque actualmente lo combina con su trabajo en el puerto de Palma.
«Llegué a la Isla para realizar el show de Brodway y Disney por diferentes hoteles, durante tres años. Y luego decidí quedarme a vivir. Sin duda, el baile me lo ha dado todo, y crear lo es todo para mí. Soy feliz y también enseño a la gente, porque no solo es bailar, también ayuda a desconectar de nuestra rutina diaria».
Actualmente, Rosen es coreógrafo de la Asociación de Búlgaros en Mallorca Sveti Sveti Kiril y Metodii, e imparte clases de baile todos los domingoS, por las mañana, en el centro cultural de s'Escorxador; durante tres horas. «Tengo muchas ideas y planes de cara a un futuro inmediato. Estoy formando un grupo y preparando un nuevo espectáculo para ofrecer en noviembre en Valencia».
Bailar y crear coreografías
En Mallorca podría haber más de ocho mil búlgaros censados. «El baile de Bulgaria hace que la persona desarrolle una buena coordinación, tanto corporal como mental, ya que debe mover los pies, las manos y el cuerpo, de forma simultánea. «Es una disciplina que te hace pensar y coordinar. Después de tres horas de clase, además de pasarlo muy bien, terminas agotado y te pones en forma».
Llevar el ritmo de los bailes folclóricos de Bulgaria, «no es sencillo, es cuestión de mucha práctica», admite. Las clases están abiertas a cualquier persona, y de todas las nacionalidades. «En el flamenco se pueden utilizar las castañuelas y nosotros aprendemos a tocar las cucharas».
Respecto a sus coreografías, Rosen trata de ser original y todo nace de sus ideas y experiencia. Lo malo que en alguna que otra ocasión le han plagiado sus ideas. «Es algo que además de ser poco ético y moral, sienta mal, pero eso refleja la falta de originalidad e inexperiencia en la gente». Tiene cerca de cincuenta coreografía registradas. Rosen piensa llevar el ritmo, la cultura y la historia de Bulgaria, a través del baile, por toda la Isla.
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