Erika Olasz celebró su aniversario el día 9 de julio pidiendo a todos los invitados que su único regalo fuesen donativos para realizar dicha acción para los niños y niñas hospitalizados en Son Espases. «Yo tengo de todo. No necesito nada y me alegra el poder hacer esto. Me da felicidad. Además hago la donación personalmente y no con terceros. Conlleva cierto tiempo, pero quiero que se invierta hasta el último céntimo», comenta Erika quien además de la fiesta en la que participaron los payasos de Sonrisa Médica con distintas actuaciones musicales y de animación, repartió una botella de cava a cada uno de los trabajadores del área y repartió libros, dependiendo de la edad de cada niño.
Erika llegó, hace 50 veranos, de la mano de su marido, «un hombre muy bueno», y empresario de éxito, que en tiempo de elecciones en el país dijo que si ganaba el partido del cual él no era afín lo vendía todo y se marchaba del país. Y así fue. Ganó el otro partido político y lo vendió todo, cogiendo el dinero y viniéndose a vivir a Mallorca con su mujer. En la Isla tuvieron a su única hija y abrieron varios restaurantes en la playa de Peguera, además de una discoteca. El hombre falleció hace 12 años. «He trabajado mucho y siempre he dicho que también he tenido mucha suerte en la vida, con mi marido», comenta Erika Olasz, orgullosa madre y feliz abuela de dos nietos.
«Los niños me encantan y por eso hago este tipo de fiesta y donación. A diario veo ciertas noticias relacionadas con el cáncer y los niños. Así que trato que por un momento se olviden de su enfermedad». «Además de la fiesta y los regalos, una de mis inquilinas de un restaurante me ha dado 1.000 euros para destinar a la apertura de una sala de juegos que tienen prevista».
Pero esta acción no es la primera, y quizás tampoco la última, que realiza Erika ya que hace nueve años, hizo exactamente lo mismo en Son Espases, por su cumpleaños.
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