El coro de Chefs(in) grabó un video cantando villancicos valencianos hace unos días en la Plaça Major de Palma. | C.I.

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Picanya es un pueblo de l’Horta Sud valenciana en el que viven unos 11.700 habitantes. El Forn Baixauli, fundado en 1745 por la familia que da nombre a esta pastelería, es historia viva de la comarca. Una historia que podría haber terminado para siempre la tarde del 29 de octubre cuando la torrentada provocada por la DANA que asoló la zona arrasó el negocio dejándolo totalmente inservible. Casi dos meses después los primos Batiste Rubio y Vicent Baixauli, octava generación de panaderos, empiezan a respirar tranquilos y atisban una brecha de luz en el camino.

Hace alrededor de un mes, el colectivo Chefs(in), que engloba varios de los restauradores más importantes de la Isla decidió que algunos de sus miembros grabarían tres villancicos con la intención de recaudar fondos para ayudar al Forn Baixauli.

Los primos Vicent Baixauli y Batiste Rubio junto a sus tíos y Maria José Orero y Tomeu Arbona del Fornet de sa Soca.

Entre los profesionales que han participado en este proyecto solidario están los cocineros Marc Fosh y Marga Coll, así como los reposteros Gus Alem, Lluís Pérez y Tomeu Arbona, entre otros. Ellos han grabado tres tonades tradicionales valencianas como son: L’olla de Nadal, Camina Maria y La nit de Nadal. Un video con los participantes y la Plaça Major de Palma como escenario formará parte también de esta iniciativa solidaria.

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Batiste Rubio atendió ayer por teléfono a Ultima Hora para contar como ha vivido estos últimos meses. «Si no hubiera sido por la gente de a pie, en especial la de Mallorca, no hubiéramos podido continuar. La primera semana después de la DANA teníamos decidido cerrar pero la gente respondió por nosotros y la mejor forma de dar las gracias era seguir», explica el panadero.

El barro dejó impracticable todo el obrador del Forn Baixauli de Picanya.

Rubio añade que «el día de la DANA estaba solo haciendo panetones para Navidad y en media hora tenía el agua en la cintura. Lo único que salvamos fue un microondas pero los congeladores estaban volcados y la maquinaria quedó inservible. Además, casi perdemos el horno moruno giratorio de 300 años».

Final feliz

La catástrofe de Valencia a punto estuvo de truncar un nuevo futuro para el Forn Baixauli. «En septiembre se jubilaron mis tíos y este verano mi primo y yo decidimos quedárnoslo, pero dos meses después pasó esto y todo quedó devastado. Teníamos ganas de hacer cosas nuevas para el pueblo y reutilizar las recetas antiguas de la familia para revalorizar la pastelería tradicional valenciana», cuenta Rubio.

Vicent Baixauli con sus abuelos, madre y hermana en el mostrador del horno.

El Forn Baixauli ha recaudado unos 46.000 euros gracias a un crowfunding para costear las obras de reforma del local. «Mucha gente de Mallorca nos ha ayudado. Tomeu Arbona del Fornet de sa Soca nos dio material de su anterior obrador y un mostrador que pondremos en la tienda. Va a ser una señal de hermanamiento Valencia-Mallorca».