Hace poco me llegó el nuevo Sub Mini de Sonos y me ha hecho cambiar de parecer. Al menos por ahora. He podido probarlo durante unas semanas y este nuevo subwoofer inalámbrico de la marca, que reduce su tamaño para abrirse a un público más amplio, mantiene unos graves muy bien equilibrados, sin estridencias que hagan que todo el suelo vibre.
Una de las claves es la tecnología de ajuste Trueplay (disponible para iOS), que optimiza los graves para adaptarse a cada espacio y, desde mi punto de vista, logra dar el colofón perfecto a un equipo de sonido sin resultar exagerado. Así, además, el usuario puede mover el Sub Mini por diferentes estancias de la casa y mejorar el sonido del equipo de audio de la televisión o de un espacio pensado para 'gaming' con el mismo subwoofer.
La aplicación de Sonos es tan intuitiva y fácil de usar que no resulta tediosa la labor de mover el dispositivo de un espacio a otro. Esta, sin duda, es otra de las grandes ventajas de la marca. Basta con sacar el Sub Mini de su caja, encenderlo y emparejarlo con el equipo de sonido que ya tienes instalado en casa.
Tecnología y diseño
Sub Mini cuenta con una pareja de woofers enfrentados entre sí para crear un efecto de cancelación de fuerza que neutraliza la distorsión al tiempo que genera las bajas frecuencias de tono completo -propias de un subwoofer más grande-. De esta forma, la compañía ha logrado crear un producto más versátil sin comprometer la calidad.
Gracias también a su diseño, el dispositivo minimiza los zumbidos o la distorsión para lograr que estemos más inmersos en cada escena y canción. El túnel central mueve el aire de forma eficiente para maximizar los graves y reducir la vibración. Algo que para mí era fundamental.
Asimismo, este dispositivo dispone de conexión WiFi de 5 GHz, lo que mejora la velocidad de transmisión de audio, sincronizando un sonido de alta calidad con la barra de sonido Sonos y el televisor. La compañía recomienda emparejar el Sub Mini con las barras de sonido Beam o Ray, así como con los altavoces One o One SL. Esta es la configuración que he elegido y, como comentaba previamente, el Sub Mini pone el colofón final al sistema de audio.
Las dimensiones del producto son 23 centímetros de altura, 30 centímetros de ancho y 30 centímetros de fondo, con un peso de 6,35 kilogramos y un diseño elegante. Se puede colocar en cualquier espacio del salón (idealmente en el suelo junto a la TV o al lado del sofá) y gracias a Trueplay ajustará el sonido para que el sonido sea el mejor posible desde el lugar en el que el usuario se sienta a disfrutar de los contenidos.
En definitiva, un producto que mejora el sistema de audio pero que solo tiene sentido si ya cuentas con la barra de Sonos y los altavoces laterales que completan el sistema de sonido envolvente. Una guinda a un pastel que está reservado a quienes estén dispuestos a pagar 500 euros más para mejorar este aspecto tan concreto -aunque para algunos fundamental- como es la potencia de los graves para disfrutar de un sonido de cine.
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