El documento suscrito ayer por todos los grupos políticos con representación en el Parlament –con la excepción de Vox– y las organizaciones empresariales y sindicales a instancia de la Fundació Família Forteza-Rey, bajo el lema ‘Tots Junts', debería suponer un punto de inflexión en la estrategia para sacar a Balears de la crisis derivada de la pandemia. Fijar objetivos comunes por encima de las divergencias ideológicas es, sin duda, el modo más inteligente para resolver los graves problemas a los que tiene que hacer frente la sociedad de las Islas castigada con especial dureza y dramatismo por el coronavirus, pero también con una devastación económica sin precedentes desde hace muchas décadas.
La iniciativa privada, la clave.
Hay que destacar que la unanimidad conseguida, de la que hay que marginar de manera incomprensible a Vox, ha sido posible gracias a la labor de la Fundació Família Forteza-Rey, una entidad privada sin ánimo de lucro. Ha sido de nuevo la sociedad civil la que ha tomado la iniciativa para lograr el ambiente propicio que ha permitido salvar las reticencias partidistas. Este es el único modo de resolver una situación tan comprometida como la actual. En esta ocasión, los responsables políticos y los agentes sociales han sido capaces de entender la necesidad de dar respuesta ‘Tots Junts' a los difíciles momentos en los que nos encontramos.
No defraudar las expectativas.
El acto de ayer no puede quedar desvirtuado por el retorno a las posturas antagónicas para tratar de sacar algún rédito político o electoral a la pandemia. Los ciudadanos de Balears han expresado en retiradas ocasiones su desaprobación al espectáculo de confrontación política permanente a cuenta de esta crisis. ‘Tots Junts' supone un cambio radical de orientación que también pone a prueba la altura de nuestras instituciones. La sociedad balear no merece que sus expectativas sean defraudadas.
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