La presidenta de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB), Carmen Planas, se hizo eco ayer del descontento empresarial por el retraso en el abono de las ayudas estatales derivadas de la pandemia. El grueso de las peticiones presentadas, más de nueve mil, espera la resolución definitiva del Govern y no se producirá –en el mejor de los casos– hasta el próximo mes de septiembre. El retraso, como es fácil adivinar, provoca importantes disfunciones en las cuentas de las empresas afectadas, que esperan recibir ayudas que oscilan entre los 4.000 y los 500.00o euros, según la convocatoria. Los fondos proceden de los 855 millones comprometidos por la Unión Europea para España.
Ayudas imprescindibles.
La pandemia del coronavirus ha provocado una auténtica catástrofe económica en nuestro país de la que Balears no ha logrado escaparse. El ejercicio de 2020 ha quedado en rojo para decenas de miles de empresas, con independencia de su tamaño, al margen de aquellas que se vieron obligadas a cerrar sus puertas. Frente a esta realidad no se entiende el retraso del Govern en unas tramitaciones que son urgentes para tapar las consecuencias de una crisis que, conviene tenerlo presente, todavía no ha quedado atrás. La incertidumbre se ha instalado en el mundo de la economía balear y es un escenario que no parece que vaya a desaparecer a corto plazo.
Enfado empresarial.
La dureza del texto del comunicado emitido por la CAEB rompe el clima de entendimiento que venía presidiendo las relaciones entre el Govern y la patronal balear, en especial en todo lo relacionado con la adopción de medidas anti COVID-19. El tiempo dirá si el distanciamiento es coyuntural o, por el contrario, supone el inicio de una nueva etapa. Lo cierto es que el Govern debe acelerar las tramitaciones de las ayudas comprometidas a las empresas.
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