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El Gobierno y los agentes sociales vuelven a reunirse hoy para abordar la reforma de pensiones tras la propuesta que les presentó, el viernes, el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, que cuenta con el apoyo de la Comisión Europea y Unidas Podemos. La Seguridad Social se comprometió a «enviar números» a empresarios y sindicatos para que, durante este fin de semana, puedan analizarlos. UGT y CCOO han avanzado una valoración positiva, a la espera de leer «la letra pequeña». En cambio, los empresarios manifiestan su desacuerdo al afirmar que tiene «voracidad recaudatoria» y un carácter «populista», que «socavará el esfuerzo de las empresas en las negociaciones salariales». La CEOE, la Cepyme y la Asociación de Trabajadores Autónomos expresan su «frontal oposición». En esta línea, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo la rechaza al considerar que «van a pagar los trabajadores, los autónomos, las pymes y los consumidores; y advierte que no está garantizada su viabilidad.

Sostenibilidad del sistema

La trascendencia de la reforma de las pensione exige explicar los cálculos, más allá de la voluntad política, para garantizar la sostenibilidad y viabilidad de un sistema al borde de la quiebra. Los números han de ser creíbles, no sólo para las sindicatos, también para las empresas, los trabajadores y la UE, que demora la aportación de más fondos Next Generation a España a unas pensiones bien calculadas y duraderas.

Recaudar de forma equitativa

Corresponde al Gobierno acertar en la asignación de las cargas para recaudar más fondos de manera equitativa. Un eficaz sistema de previsión social exige sacrificios de todos los agentes implicados, también las administraciones, que han de ser más rigurosas en el gasto corriente. El esfuerzo para que las pensiones contributivas sean costeadas con los recursos de las cotizaciones de empresarios y trabajadores no ha dañar la competitividad ni la inversión.