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El resultado de las elecciones generales celebradas el 23 de julio, sin mayorías claras y bajo la incertidumbre de un bloqueo que puede incluso motivar la repetición de los comicios, se empezará a despejar este próximo jueves, cuando se constituyan el Congreso de los Diputados y el Senado. El Partido Popular, gracias a una mayoría absoluta de 143 senadores, obtendrá el control de la Cámara Alta, con todo lo que significa para la tramitación de las leyes, que puede retrasar, modificar y vetar. En cambio, persisten las dudas sobre cuál será la composición definitiva de la Mesa del Congreso. El presidente del Gobierno en funciones y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, sólo ha interrumpido sus vacaciones para manifestar que, una vez constituidas las nuevas Cortes, impulsará su investidura. «Toca ahora traducir la mayoría social en una mayoría parlamentaria», declaró. Al mismo tiempo, el líder del PP, Núñez Feijóo, insiste en que se presentará a la investidura al haber ganado las elecciones y que para ello recabará los apoyos que precisa para lograrlo.

Complicada aritmética parlamentaria.

La aritmética parlamentaria, tras el recuento del voto en el exterior, complica los planes de Sánchez al modificar el reparto de escaños: el PSOE queda con 121 diputados frente a los 137 que suma el PP. Los socialistas urgen a Junts que decida su voto y ERC busca la «unidad estratégica». PSOE y Sumar insisten en que el Congreso ha de estar presidido por «progresistas».

Clarificar el escenario político.

Los apoyos de Sumar, ERC, EH Bildu, PNV y BNG situarían al bloque de izquierdas en 171 diputados, por lo que necesitan al menos el sí de dos parlamentarios de la formación de Carles Puigdemont si Coalición Canaria vota en contra. Este próximo jueves se resolverá la primera gran cuestión tras las elecciones del 23-J. La formación de la Mesa del Congreso empezará a clarificar el complejo escenario político y definirá la investidura del próximo presidente.