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Una vez concluida la operación antidroga de la Guardia Civil ‘Jaque Mate', queda patente que se trata de uno de los más grandes operativos policiales de las últimas décadas, a la altura incluso de ‘Kabul' y ‘Son Banya', que supusieron la caída de ‘La Paca', la matriarca del poblado. Los 1.320 kilos de cocaína intervenidos y los 39 arrestados, entre ellos personajes tan conocidos como ‘El Charly', ‘El Prestamista' o el hijo de ‘El Pablo', dejan bien claro que la investigación de más de un año ha sido un trabajo laborioso y bien ejecutado. La discreción, en estos casos, es clave. Y afortunadamente durante todos estos meses de pinchazos telefónicos y seguimientos, la organización mafiosa no detectó nada extraño, lo que ha permitido que la sorpresa fuera total. Y los resultados, históricos. Anoche, muchos de los detenidos continuaban declarando en las dependencias judiciales, pero no hay duda de que buena parte de ellos ingresarán en prisión, ya que en el sumario hay pruebas irrefutables contra ellos.

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Actuaban con cierta impunidad.

Un dato que llama la atención es que algunos de los investigados se creían intocables y actuaban con cierta impunidad. Se trata de un precedente peligroso que, por fortuna, la Benemérita ha cortado de raíz. El auténtico drama es que Son Banya y La Soledat, especialmente las calles Teix, Randa y Ànimes, siguen siendo auténticos fortines de estos clanes dedicados al narcotráfico, que ganan cantidades obscenas de dinero arruinando la vida de familias enteras.

El drama de la droga.

No hay que olvidar que no hay nada más nocivo que los estupefacientes. Los toxicómanos se convierten en enfermos abocados a una muerte lenta, capaces de robar a sus allegados y de cometer cualquier delito por una dosis. Por ese motivo, policías y jueces deben ser implacables con esta lacra del siglo XXI.