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La empresa concesionaria de la ITV de Mallorca penaliza con dos meses de espera a los conductores que tenían una cita programada y finalmente no se presentan a la inspección del vehículo. Se trata de una medida encaminada a rebajar el alto absentismo, que llegó a superar el veinte por ciento y que en la actualidad se ha rebajado cuatro puntos. Sin embargo, muchos conductores afectados por esta medida muestran sus dudas sobre la legalidad de este «castigo», que puede provocar que un elevado número de particulares circulen sin la Inspección Técnica del Vehículo en vigor. Se trata de una sanción administrativa grave que conlleva una multa de 200 euros. También puede suponer la retirada del permiso de circulación del coche o de la motocicleta.

Una cuestión de civismo.

Es incuestionable que muchos usuarios de la página web de la ITV cerraban citas y después, cuando llegaba el momento, no se presentaban, lo cual afectaba a otros conductores que necesitaban conseguir la anhelada tarjeta que permite circular al coche. Debería ser una cuestión de civismo que las personas que tienen reservada una cita para la inspección acudieran a ella, salvo por causa mayor, pero como es del todo imposible las penalizaciones no se antojan una mala herramienta. En cualquier caso, debería quedar muy claro que se trata de una medida legal, ya que sus efectos dejan a muchos ciudadanos durante ocho semanas sin vehículo.

Listas de espera.

El trasfondo de la cuestión, en realidad, es que las listas de espera actuales son inaceptables. A día de hoy, una persona que quiere pasar la ITV tiene que esperar a los primeros días de julio para conseguir turno, porque antes es imposible. En una Isla con un parque móvil tan elevado, el Consell debería tener como prioridad rebajar esas cifras y normalizar un servicio esencial para el ciudadano.