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El Palacio de la Magdalena de Santander albergó este viernes la Conferencia de Presidentes, con la presencia de Marga Prohens, la líder del Govern. El encuentro entre Pedro Sánchez y los presidentes autonómicos escenificó una pequeña tregua entre el Gobierno y los barones del Partido Popular, pero poca cosa más. Como era previsible, no se alcanzó ningún acuerdo relevante. Ni de cerca. Prohens fue crítica con Sánchez al final del encuentro, a quien acusó de haber buscado una foto y no acuerdos puntuales. No obstante, el cónclave estaba predestinado al fracaso antes de que empezara. A pesar de la insistencia de sus protagonistas en su celebración, casi todos cruzaron la puerta de entrada sabedores de su papel y también de las conclusiones.

Derogar la actual ley de la vivienda.

Prohens detalló los grandes retos que afronta Baleares e incidió en el drama de la vivienda, cuyo precio de venta se ha disparado, al igual que los alquileres. En este sentido, reclamó la cesión de suelo público del Estado para intentar paliar esta problemática, que lastra a muchas familias. La ‘popular’ pidió además derogar la ley de la vivienda, porque considera que no da soluciones al mayor problema que padecen las Islas y defendió la necesidad de dar seguridad a los propietarios y defender la propiedad privada ante las okupaciones y los inquilinos que dejan de pagar. Y evitó demonizar el alquiler vacacional: «Lo que hay que hacer es incentivar los alquileres de larga duración».

Fotografía de familia.

La presidenta del Govern, que también reclamó que las Islas queden fuera del reparto de menores migrantes, mostró su oposición a que Catalunya tenga un sistema fiscal propio. Con los presidentes del PP contra casi todo y un Sánchez sin interés alguno por convencerles de lo contrario, la Conferencia de Presidentes sólo sirvió para rebajar la tensión política que vive el país –todos se comportaron– y para una fotografía de familia. Algo es algo.