No éramos conscientes, pero el mundo de confort, bienestar y tranquilidad en el que vivimos depende del precario equilibrio de muchas variables. Una de ellas apenas la teníamos en cuenta: el suministro de bienes, las cosas, millones, que llegan a diario a los comercios, desde lo que comemos a lo que vestimos, el tinte con que nos teñimos las canas, la anestesia que nos ponen en el dentista, la maleta que llenaremos para el próximo viaje… hemos creado un mundo tan cómodo y placentero que necesitamos miles de cosas a nuestro alcance y nos parece lo más natural, aunque no lo es. Ni de lejos. La mayor parte de esas cosas que usamos a diario o de vez en cuando, pero que consideramos imprescindibles en nuestra vida, llegan desde el otro confín del planeta y lo hace por mar, en enormes contenedores que se acumulan en los mayores puertos del mundo. Luego se desplazan a bordo de camiones que, por fin, alcanzan las Islas, los comercios y, al final, nuestro hogar. Hoy ese equilibrio está en jaque.
Otra crisis
Palma31/10/21 3:59
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