Puede que haya sido este veranillo inhabitual de un par de semanas que ha recalentado el ambiente, pero el hecho es que los almendros están en pleno proceso de floración en las solanas del sureste. Las primeras flores aparecieron por Nadal, cuando creo recordar que antes lo hacían por San Sebastián y, como llevamos años en modo alerta, que se haya adelantado ese fenómeno anual puede hacer que un pesimista lo interprete como signo inquietante de que algo está cambiando en el entorno cercano. Quizá sea que la naturaleza tiene sus códigos y decide que el almendro florezca cuando les dé la gana, pero es que uno tiene sus reticencias con la llegada de un año par, con tres doses y plagado de ómicron. Atentos. Es que el domingo, día dos por más señas, se supo que hay gente afectada por esa enfermedad doble llamada flurona. Gripe y COVID. Lo que nos faltaba.
Maldito número
Palma07/01/22 3:59
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