Ha sucedido en un ayuntamiento mallorquín. Un arquitecto acude a las oficinas municipales para interesarse por la tramitación de una licencia de obras que acumula un retraso de tres años. El funcionario, tras consultar su ordenador, le espeta que está pendiente de pago la solicitud de la licencia, a lo que el consultante niega la mayor mostrando el documento que acredita el desembolso pertinente, guardado en su teléfono móvil. Aquí figura que no están pagadas, responde el funcionario, dirigiendo al profesional al departamento de Contabilidad para que emita el correspondiente certificado y entonces regrese a su ventanilla. El arquitecto no sale de su asombro y no encuentra respuesta al hecho de que los ordenadores no estén conectados, funcionando cada departamento como ínsula independiente.
Desprecios varios
Palma17/10/22 3:59
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2 comentarios
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Felicitaciones !!!!! Hacía mucho tiempo que no leía un artículo tan claro y contundente.
Molt d'acord amb l'article. És una vergonya la burocràcia necessària