Tengo la sensación de que las mujeres que nos gobiernan fueron a colegio de monjas y se quedaron obnubiladas cuando venían las misioneras con sus historieras sobre países exóticos y gente necesitada. Lo deduzco por ese afán enfermizo que tienen de hacerse pasar por monjas de la caridad o por mamá Noel con el saco cargado de millones para repartir entre los desarrapados. No son conscientes –o no quieren afrontar algo tan tremendo– de que ellas están en la cumbre del poder precisamente para cambiar las cosas. Para que deje de haber desarrapados o, si acaso, que sean una minúscula excepción. En vez de eso, de diseñar políticas –legislación, proyectos, planes– que tiendan a borrar del mapa la pobreza, la ignorancia, la injusticia y la desigualdad, se lanzan en picado al mucho más fácil recurso de repartir dinero. Que no es suyo, por cierto.
Mamá Noel
23/10/22 3:59
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