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Es evidente que algunos políticos no han entendido lo que ocurrió el pasado 28 de mayo. Y para no profundizar demasiado sobre algo de lo que se ha escrito mucho en las últimas semanas, sí habría que recordar el escenario que han elegido los ciudadanos de Balears, que votaron masivamente por un cambio de gobierno. Algunos, en cambio, no lo han entendido así y actúan como si siguiesen gobernando y, al mismo tiempo, haciendo oposición a un Govern que ni siquiera se ha conformado. La situación no puede ser más esperpéntica.

Ahí tenemos a la consellera en funciones Mercedes Garrido, que en su doble papel de vicepresidenta segunda de la Mesa del Parlament y de representante de un Govern en funciones comparece con otro cargo en funciones para criticar la futura política del Govern en temas de protección de mujeres en base a un tuit del nuevo presidente de la Cámara. Nunca hasta ahora en mis muchos años de periodista había visto tanta actividad por parte de un Govern en funciones, pero imagino que debe ser alguna consigna de los fracasados gurús del Consolat.

Pero volvamos a Garrido, tan preocupada por las mujeres cuando, recuerden, fue la única integrante del Govern que no solo no criticó la ‘ley del solo sí es sí' sino que la aplaudió. Y lo hizo dos veces en el Parlament. Igual no la criticó porque aún no se habían llegado a los mil violadores y agresores beneficiados por las reducciones penales de Irene Montero y compañía. por partidismo, que es aún peor. ¿Cómo se atreve ahora a erigirse en la gran defensora de las mujeres cuando hace unos meses elogió la ley que más violadores ha dejado en la calle? Difícil de entender.

Yo les recomendaría a todos los que están tan preocupados por la pérdida de los derechos de los ciudadanos que se tranquilicen un poco, que pasen un buen verano, y que se relajen durante los 100 días de rigor antes de iniciar una oposición dura y responsable, que es lo que esperan los ciudadanos de ellos. Mientras tanto, lo mejor es retirarse dignamente y aprovechen estos meses para analizar lo ocurrido, en qué han fallado y qué es lo que los ciudadanos han castigado para enviarles a la oposición. A partir de la autocrítica podrán iniciar una nueva etapa, pero mientras están en funciones en el Govern no sigan instalados en el absurdo en criticar un gobierno que aún no existe, y mucho menos aprovechando un tuit por desafortunado que pueda llegar a ser. El ridículo empieza a dar vergüenza ajena, de verdad, y ni siquiera que haya unas elecciones el 23 de julio justifica ciertas actitudes. Porque ya les aviso que dentro de un mes se repetirán más o menos los resultados de mayo. O incluso puede empeorar para la izquierda.