Articular una mejor participación de la ciudadanía en la estructura y estrategias de la UE es algo que viene preocupando y ocupando a las instituciones públicas comunitarias. Está demostrado que participar en todo el proceso, desde la concepción hasta la implementación, de una determinada política, genera más confianza en su resultado final y en las instituciones que deben aplicarla. Por ello, la calidad, relevancia y eficacia de las políticas de la UE dependen, en gran medida, de poder garantizar dicha participación.
Según el Libro Blanco sobre la Gobernanza Europea, la ‘participación' es, también, uno de los cinco principios políticos, junto con la apertura, rendición de cuentas, eficacia y coherencia, en los que se sustenta la buena gobernanza, pues son esenciales para establecer políticas más democráticas. Estos principios deberían guiar cualquier propuesta de reforma resultante de los actuales debates sobre el futuro de Europa.
Ahora bien, todo proceso exitoso y responsable de participación social, cultural, económica o política requiere conocimiento y comprensión del tema motivo del proceso, y el desarrollo de valores y actitudes personales y colectivas, que hay que conocer y sobre las que hay que reflexionar y aprender, y ello requiere educación y formación. Educar para la participación debería ser un deber de toda comunidad democrática.
Hace pocos días, en el Parlamento Europeo (PE), intervine en la presentación del libro Participación en Europa, un nuevo fruto de la excelente colaboración que mantiene el Instituto Universitario Europeo (EUI), ubicado en Florencia, con la Asociación de Antiguos Miembros del PE (FMA). La publicación incluye las ponencias de la Conferencia: ¿Puede la UE aprender de la experiencia? que, en colaboración con la FMA, se celebró en el EUI el pasado 16 de junio, además de relevantes contribuciones de antiguos miembros del PE en las que se hace referencia a los programas educativos conjuntos de ambas organizaciones, al programa EP to Campus que la FMA desarrolla con éxito en universidades de dentro y fuera de Europa, y al programa Erasmus+, que tanto ha contribuido a educar a nuestros jóvenes en cuestiones europeas. Sus editores, Mónica Baldi y Michael Hindley, antiguos miembros del EP con una amplia experiencia política, son todo un ejemplo de cooperación entre europeístas y demócratas de ideologías distintas.
Con la mirada en las elecciones europeas del 2024, el libro proporciona herramientas para entender y explicar mejor la UE, sus instituciones y políticas, y de este modo contribuir a incrementar la participación de la ciudadanía en unos comicios que, como bien sabemos, serán fundamentales para fortalecer la democracia en la EU.
2 comentarios
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Cock&RoiTotalmente de acuerdo, la UE debería ser más abierta a la ciudadanía y más participativa. Ahora mismo es un cementerio de elefantes políticos y un nido de lobbys de grandes multinacionales
¿Qué participación? No se vota la presidencia, se abandonó la aprobación de la constitución europea, ni un referéndum de nada, todo se reduce a votar a los paquidermos de los partidos y aparcarlos en Bruselas cada 5 años. No se busca la participación, se busca la complicidad para repartir las culpas de lo que deciden no se sabe muy bien quién.