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El socialcomunismo que gobierna este país lo hace desde la imposición. Esto ocurre porque muchos adoctrinados, otros tantos ingenuos y unos muchos trepas se lo permiten. Lo cual nos está llevando a una paradoja insoportable. El libertinaje que ellos generan, reposa en su falsa progresía. Katy Perry dice que en Balears, uno puede hacer lo que le dé la gana. Un okupa denuncia que otro okupa le ha entrado en «su» domicilio. La policía acude rauda y veloz para expulsarlo, pero no a ambos, sólo al último. Mientras, miles de ciudadanos que pagan sus impuestos, tienen que acudir a la lenta justicia y pueden pasar años para poder disfrutar de su casa. Pero debe pagar agua, impuestos, gastos de escalera y demás, a los okupas. La leyes que nos rigen modificadas por los susodichos, premian y protegen al delincuente por encima del acosado, robado u okupado. Las mafias eligen España, porque a pesar de tener la mejor policía de Europa, la legislación les permite hacer lo que quieren. Un delincuente golpea a un policía y no ocurre nada, si es al revés, se denuncia a la autoridad. Recordemos que las leyes no las hacen los jueces, sino los políticos. Ellos sólo las aplican. Aunque es cierto que con la coña de la interpretación de las mismas, ahora tenemos dos bandos. Uno de izquierdas que las retuerce hasta el infinito para satisfacer al Gobierno, mientras otros lo hacen en sentido contrario. No todos, obviamente. Tenemos un fiscal general del Estado, que si tiran de hemeroteca lo verán en una cena con una sonrisa delatadora haciéndole la pelota en modo baboso al César Sánchez.

Analicen cuantos tiroteos, ajustes de cuentas y demás actividades del mundo de la delincuencia. Miren sus nacionalidades y las comparen cuantitativamente con las de hace tan solo quince años. Se abrumarán de la incidencia descontrolada y peligrosa que se ha instaurado. Los europeos que en su país tienen que cuidar la estética, el orden público y la urbanidad, vienen aquí, vomitan, orinan y molestan al vecindario con sus juergas matutinas. Se nos controla hasta lo ridículo en cualquier modesta embarcación, mientras los chárteres europeos alquilan como y de la manera que quieren sus embarcaciones a imbéciles que creen que han alquilado un velomar, realizando maniobras peligrosas. Entrar en este país de forma ilegal ahora es premiado. España se ha convertido no ya en un parque temático sino un burdel de mal gusto, cutre, decadente y mafioso. La falsa libertad ha degenerado a libertinaje. La paradoja se da en que para muchos la censura es ahora mayor que en la época de Franco. El liberticida Gobierno sanchista está adueñándose de todas las Instituciones. El Constitucional está en sus manos para acometer todas las órdenes de Moncloa. Una ley para «gobernar» los medios de comunicación que podrán ser castigados si no agradan al Gobierno. Mientras los falsos intelectuales acuden a TVE a colmar la vanidad del César. A pesar de todo, la vida es bella.